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EL OTRO CHILE

EL OTRO CHILE  

Harto circo en Chile............. y el pan ¿cuándo?

Categorías » Bitácoras » Sociedad

Enviado por Nisako Nipongo

Cada vez que uno mira la televisión, lee los diarios y escucha la radio tiene la inquietante certeza de que en Chile sólo hay espacio para la farándula y la frivolidad.En efecto, por estas fechas todo gira en torno a un tal Matías Fernández, su viaje a España y su novia secreta. Parece ser nuestro próximo Nobel, el que, no obstante, viaja sin decir palabra alguna para la prensa (¿sabrá hablar, me pregunto?) Paralelamente, los periodistas consumen litros y litros de tinta y cientos megahertz y megahertz para hablar, analizar y especular acerca de un negocio como el fútbol profesional (nadie sensato pensará que es un deporte), que no ha obtenido nunca ningún logro internacional de importancia (excepto, ese tercer lugar - ¡¡¡ tercer lugar !!! - en un Campeonato del Mundo) pero que da enormes utilidades y mueve millones de dólares, sólo a nivel local………sin contar con los grupos de delincuentes que componen sus respectivas barras (salvo honrosas excepciones, claro)Por otro lado, la televisión, creada con el propósito de elevar el nivel educacional de la población, cuenta con innúmeros programas de farándula – ¡¡¡premiados, ah!!! -, que, en la práctica, lo único que hacen es medrar merced de los pecados y debilidades de una banda de cretinos bonitos y fachosos, dándoles la connotación de hechos de importancia nacional a asuntos tan desechables como la operación a la papada de una panelista deslenguada, de los reproches de dos mujeres por los pretendidos favores de un futbolista retirado y otros nobles sucesos por el estilo.Podría seguir hasta el infinito, quizás, con ejemplos, pero la verdad es que todos sabemos de qué estoy hablando y, además, ya saben aquello de a buen entendedor........El asunto es que parece haber una especie de conspiración del silencio frente a otros hechos de frecuente ocurrencia en nuestro país y que, de no enfrentarse – y resolverse - a tiempo, terminarán mal, muuuuuuuuuy mal, como, por ejemplo, la persistente acometida terrorista en tierras mapuches; el trabajo infantil; los miles de trabajos informales y mal pagados; los abusos de algunos empresarios para con sus trabajadores; la prostitución infantil; las calles del Paseo Ahumada cual calles de Calcuta, en el día, y de Sodoma y Gomorra, en la noche; los miles de perros vagos, convertidos en vacas sagradas, intocables; los espacios públicos cerrados al uso ciudadano, como la Plaza de la Ciudadanía; la picantería de algunos políticos y otros más de los que me acuerdo perfectamente pero que me da rabia escribirlos.Por supuesto, ninguna persona y, por extensión ninguna sociedad, puede vivir y desarrollarse sanamente si sólo tiene presente lo nefasto y lo desagradable, pero hay miles de ejemplos y personas nobles en nuestro país - científicos, profesionales, trabajadores, emprendedores, empresarios, estudiantes, dueñas de casa, profesores, voluntarios y un largo etcétera - que serían un muy buen ejemplo para muchos pillos y miserables y también para quienes no lo somos, pero que requerimos estimularnos de vez en cuando con actos y gestos que muestran la nobleza y grandeza de algunos de nuestros semejantes.Pero no, ahí estamos en lo obscuro, en la penumbra o en lo nublado, en el mejor de los casos; nunca en el mediodía claro y luminoso, como si insensatamente le temiésemos a la luz.Una sociedad así, como la nuestra, me pregunto, ¿podrá entonces aspirar alguna vez a la grandeza? ¿Podrá pensar en volar alto si sólo es capaz de mirarse los zapatos?Cuando las uvas van tomando ese color tan definido y hermoso al madurar se llama envero y todos sabemos que después de ello viene la vendimia y luego el proceso mágico de crear el vino y toda la riqueza de colores, sabores y olores que lo acompaña y adorna, pero en nuestro país parece que, lejos de permitirles madurar, las vides se están arrancando y lo que crece es la cizaña y la maleza sin fin, porque está bien el circo, pero el pan ¿cuándo?¿Ah?
NOTA:  Al autor de este blog de Atina Chile pedí permiso para fusilar este artículo.
 

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