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FENILETILAMINA Y LA QUÍMICA DEL AMOR

FENILETILAMINA Y LA QUÍMICA DEL AMOR

La FENILETILAMINA, compuesto orgánico perteneciente a las anfetaminas, es el responsable del amor. Veamos: 

Un experto en química  afirma que desde los cinco u ocho años el niño elabora mentalmente un mapa en el cual encajará en el futuro su ideal amoroso, pues cada quien busca la pareja que desea.

Francisco Muñoz de la Peña Castrillo da respuestas a la pregunta  ¿por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra?

 Innumerables investigaciones psicológicas demuestran lo decisivo de los recuerdos infantiles -conscientes e inconscientes-. La llamada teoría de la correspondencia puede resumirse en la frase: "cada cual busca la pareja que cree merecer".

Según él ese molde de circuitos cerebrales preestablecido es lo que hará que cada quien se enamore de una persona y no de otra.

 

El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos.

 Así pues antes de que el verdadero amor llame a la puerta, el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.

 

¿Química del amor? La propia fuente, y otras muchas indican que en la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan).

Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole la vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.

Cuando aparece la persona  deseada se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición.

 A través del sistema nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que comunican entre sí a las células nerviosas).

 

¿Cuáles son sus efectos? El corazón late más deprisa (130 pulsaciones por minuto);la presión arterial sistólica (lo que conocemos como máxima) sube, se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular;se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea.

"Imbecilidad transitoria", le llamó Ortega y Gasset a ese estado transitorio  no se puede mantener bioquímicamente por mucho tiempo.

No hay duda: el amor es una enfermedad. Tiene su propio rosario de pensamientos obsesivos y su propio ámbito de acción.

Si en la cirrosis es el hígado, los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo.

En ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Aquí se asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento.

 A través de nervios microscópicos, los impulsos se transmiten a todos los capilares, folículos pilosos y glándulas sudoríparas del cuerpo. El  músculo intestinal, las glándulas lacrimales, la vejiga y los genitales, el organismo entero está sometido al bombardeo que parte de este arco vibrante de nudos y cuerdas.

 Las órdenes se suceden a velocidades de vértigo: ¡constricción!, ¡dilatación!, ¡secreción!, ¡erección! Todo es urgente, efervescente, impelente...

Aquí no manda el intelecto ni la fuerza de voluntad. Es el reino del siento-luego-existo, de la carne, las atracciones y repulsiones primarias..., el territorio donde la razón es una intrusa.

El estudio del amor como un proceso bioquímico es bien joven, apenas 18 años .

Es un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas.

 

El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas.

Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxiticina (además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado.

 

Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.

El affair de la feniletilamina con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, que sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de feniletilamina y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando estamos enamorados.

 

AMOR Y CHOCOLATE

Ellos comenzaron sus sospechas cuando realizaban un estudio con pacientes aquejados "de mal de amor", una depresión psíquica causada por una desilusión amorosa.

 Les llamó la atención la compulsiva tendencia de estas personas a devorar grandes cantidades de chocolate, un alimento especialmente rico en feniletilamina por lo que dedujeron que su adicción debía ser una especie de automedicación para combatir el síndrome de abstinencia causado por la falta de esa sustancia.

Según su hipótesis el, por ellos llamado, centro de placer del cerebro comienza a producir feniletilamina a gran escala y así es como perdemos la cabeza, vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando.

 

El 50% de las mujeres entrevistadas para el libro Por qué necesitan las mujeres del chocolate confesó que elegiría el chocolate antes que el sexo.

 Hay quienes al chocolate lo llaman EL PROZAC VEGETAL.

En una de las aventuras de Charlie Brown se puede leer "una buena manera de olvidar una historia de amor es comerse un buen pudin de chocolate".

Su actividad perdura de 2 a 3 años, incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae. La fase de atracción no dura para siempre.

La pareja, entonces, se encuentra ante una dicotomía: separarse o habituarse a manifestaciones más tibias de amor -compañerismo, afecto y tolerancia.

 

LA PAZ DE LAS ENDORFINAS

Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente, la fase de atracción no dura para siempre y comienza entonces una segunda fase que algunos llaman de pertenencia, dando paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de seguridad, comodidad y paz. Dicho estado está asociado a otra DUCHA QUÍMICA. En este caso son las endorfinas -compuestos químicos naturales de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos- los que confieren la sensación común de seguridad comenzando una nueva etapa, la del apego.

Por ello se sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de recibir la dosis diaria de narcóticos.

 ¿Qué aconsejan los médicos del amor?Para conservar la pareja es necesario buscar mecanismos socioculturales (grata convivencia, costumbre, intereses mutuos, etc.), para que el proceso deje de ser solo químico. Si no se han establecido ligazones de intereses comunes y empatía, la pareja, se sentirá cada vez menos enamorada y por ahí llegará la insatisfacción, la frustración, separación e incluso el odio.

Parece que tienen mayor poder estimulante los sentimientos y las emociones que las simples substancias por sí mismas.

 

BESO MATUTINO

Un estudio alemán ha analizado las consecuencias del beso matutino de despedida entre los cónyuges.

Los hombres que besan a sus esposas por la mañana pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más y viven unos ¡cinco años más!

Para Arthur Sazbo, uno de los científicos autores del estudio, la explicación es sencilla: "Los que salen de casa dando un beso empiezan el día con una actitud más positiva".

No hay una causa y un efecto en la conducta sexual, sino eventos físicos, químicos, psíquicos, afectivos y comunicacionales que se conectan de algún modo, que interactúan y se afectan unos a otros.

Existe una alquimia sexual, pero se relaciona íntimamente con los significados que le damos a los estímulos, y éstos con el poder que les ha concedido una cultura que, a su vez, serán interpretados por cada uno que los vive de acuerdo con sus recursos personales y su historia.

 

Quien sabe si estos estudios en un futuro conduzcan a descubrir aplicaciones farmacológicas para aliviar las penas de amor.

Parece que en Colombia están adelantados en este tema. En el post anterior escribimos acerca de una clínica colombiana para tratar patologías del amor.

¿Curioso verdad?.

La feniletilamina; la inestabilidad femenina y otros temas en:

http://www.idoneos.com/index.php/concepts/feniletilamina

El hombre se enamora más fácil que las mujeres http://www.buenasalud.com/lib/ShowDoc.cfm?LibDocID=3024&ReturnCatID=343    

9 comentarios

Rodrigo Acosta Larenas -

En el amor no hay química, la química genera ese antes que provoca las circunstancias que hacen que surja el amor, que es una costumbre que te hace necesitar a la otra persona, la química es la obligación necesaria que antecede a la espontaneidad que se le atribuye al amor. Esa hormona es el antes, el amor es el después.Que estén bien, chau

Norman -

super interesante estos aspectos fisicos, anatomicos, biologicos, etc .. sobre el proceso de enamoramiento y relacion entre el hombre y la mujer. Me deja muy pensativo la parte "Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente, la fase de atracción no dura para siempre y comienza entonces una segunda fase que algunos llaman de pertenencia, dando paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de seguridad, comodidad y paz...." Me cuesta creerlo, veo muchos casos en q si pasa, pero en todos necesariamente? Interesante ...

jorge alberto cabral delgado -

no hay mas ciego que el que no quiere ver...
los estudios aqui descritos solo muestran los resultados
de la accion visual de las
personas..es decir.describen
lo que sucede cuando 2 personas ya se han visto ..y explican tardiamente el proceso quimico o bilogico...
en esto se han centrado nuestros pobres estudiosos del tema..y lo peor..algunos de ellos hicieron y encontraron datos con el uso de animales....ufff nuevamente
que pena....pero les dare una
pista humildemente a los estudiosos del tema
..el origen del enamoramiento
de las personas viene de los genes herdeditario de ambas parejas...espero y lo estudien
y si no ...despues publicare
mi estudio e investigacion
para que se documenten

Zenia -

Isván.¿Qué sería la vida sin esa magia?. Un árido desierto.
Leí tu entrada acerca del cine cubano. Habrá que tomar nota.
Un beso

Isván -

Completamente de acuerdo, tremendamente mágico.

Creo que todo lleva su granito de poesía, al menos así lo creemos nosotros los poetas, jaja.

un beso.

Zenia -

Isván . Forman un binomio mágico. Sin versos, la vida es árida. Un beso, amigo mío.

Isván -

No creo, como tú Zenia, que la química y la poesía tengan que ser divergentes, más bien comparto tu opinión y pienso que cuando aparece una la otra aflora versos inigualables,
un beso y cuídate mucho.

Zenia -

Hay química en el enamoramiento, es cierto,pero fíjate que el "mecanismo" se dispara cuando aparece la persona que hemos dibujado en nuestro mapa mental.
Es a mi juicio en esa hermosa etapa cuando los poetas escriben de esa persona que se han dibujado desde hace tiempo.
Hay rasgos,comportamientos, virtudes, que a cada quien nos atraen más que otros, y ello depende de cada experiencia y vivencia personal.
Cuando termina la química, hacen falta otros sentimientos que llenen esa especie de vacío.
Sí que es una ciencia, y los colombianos hacen bien con tomarla en serio.

almena -

Puritita química somos, Zenia.
Pero dejemos que los poetas lo ignoren y sigan llenando el mundo con la belleza de la poesía.

:)

Un beso!