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De mi viejo San Juan y Silvio Rodríguez

De mi viejo San Juan y Silvio Rodríguez

 

Hacía semanas que no iba a mi pueblo, San Juan y Martínez. Y lo hice el viernes, dos días antes del cumpleaños 63 de Silvio Rodríguez. Los caminos de una canción suya, Sueño de una noche de verano (yo soñé con aviones, que nublaban el día) nos llevaron hasta allí.

 

Y como siempre, cada esquina del Bayamo de Occidente - aquel en el que sus pobladores prefirieron incendiarlo antes de que cayera en manos españolas- tenía una remembranza que regalarnos, como aquellos años en que nos íbamos de escuela al campo para las vegas de tabaco y alguien desgranaba en una guitarra las canciones de Silvio, el joven flaco, 14 años mayor que nosotros, y que cantaba cosas que no se entendían bien, decía mi padre, siempre esquivo para las metáforas, aunque preciso para las noticias.

 

Curiosamente hay Causas y azares que llevan otra vez al pueblito que se levanta desde sus playas de sol y salitre, Boca de Galafre, Punta de Cartas, donde la gente una y otra vez arregla, endereza la tierra bañada por vientos caprichosos y los pescadores tienden sus redes para que el pan que llevan ellas llegue al mercado, en el que las hortalizas de invierno sacian espacios en la mesa.

 

Una vieja instalación que estaba en ruinas fue transformada y su fachada azul, junto al parque, también remozado, son agradables sorpresas para la vista, al igual que el área deportiva que ha sido restaurada  para que los más jóvenes gasten allí sus energías.

 

Nos alegramos de ver algunas mejoras en tierra de gentes sencillas, en un pueblo de fértiles vegas de tabaco, como las de Pancho Cuba, (Francisco Milián), uno de los diez mejores productores de la hoja en Pinar del Río, quien tiene hasta un club de seguidores en Internet aficionados a fumar Habanos.  

 

Este terruño, en el que nacieron Rafael Morales (Moralitos);  los Hermanos Saíz Montes de Oca y Rosa Delgado, la pedagoga autora de los himnos de Pinar del Río y San Juan y Martínez, tiene un gusto especial por su historia, a tal punto que  alguien en broma, acota durante el recorrido: “Son igualitos que los consolareños”.

 

Quizás tenga razón. Jamás el hombre podrá separarse de la raíz que le trajo al mundo. Y es cierto, de cuando en cuando los nacidos en Consolación y en San Juan y Martínez inician simpáticas controversias; no por regionalismos estrechos, sino por sentido de pertenencia.

 

 

En los talleres literarios, en las bibliotecas y los espacios dedicados a la cultura, tanto en San Juan como en Consolación hay seguidores de aquella letra de Silvio: Sólo el amor…

 

Debes amar la arcilla que va en tus manos
debes amar su arena hasta la locura
y si no, no la emprendas que será en vano
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro.

 

RECUERDOS QUE SIEMBRA SILVIO RODRÍGUEZ EN:

 

 http://peglez.blogspot.com/2009/11/silvio-del-sueno-la-poesia-hoy-cumple.html

Imagen: San Juan y Martínez, Pinar del Río

 

 

 

 

 

2 comentarios

Zenia -

Guardo las violetas y pronto, muy pronto, las colocaré en los "Agujeros de luz"; en la casa del "Peregrino".
Un beso,
Zenia

Péglez -

Gracias. Besos y violetas. Péglez.