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Los Calixtos entorpecen: Telenovela

Los Calixtos entorpecen: Telenovela


La población, generalmente, se identifica con las telenovelas cubanas, amén de su calidad dramatúrgica, debido al abordaje de temas relacionados con la cotidianidad y ese ha sido el caso de Añorado encuentro, que aunque no se ha tratado con toda la profundidad que se quisiera ha tocado asuntos neurálgicos para la vida nacional.

Uno de ellos es la existencia de personajes como Calixto, el administrador que le llama luchar a robar los recursos de su centro con el empleo de todo tipo de artimañas, incluido el chantaje a los subordinados y el abuso de poder.

"Lo he hecho para que a mi familia no le falte nada", afirmó en uno de los capítulos. Y, ¿acaso no pensó que fue ubicado en su cargo precisamente para cuidar los recursos del Estado?

Un administrativo, en cuyo hogar de la noche a la mañana y sin respaldo salarial cambia el confort y el modo de vida es un mal ejemplo, tanto para los trabajadores como para los vecinos de su cuadra.

Son tiempos de dificultades económicas y de carencias que llevan a que la población se apriete el cinturón y distribuya más austeramente sus entradas. No es justo que mientras unos viven honradamente, otros que están destinados a dar el ejemplo, no lo hagan.

El Che afirmó que el cuadro es la columna vertebral de la Revolución, máxima primordial en un modelo social que tiene entre sus premisas el tener en cuenta a los más humildes, y por lo cual cuenta con el apoyo de la población.

Figuras como Calixto desmotivan, llevan a la inercia y al desencanto, una de las cartas a las que siempre ha apostado el imperialismo para derrotar a la Revolución cubana.

La presencia de casos como el de este dirigente no es aislada, y así se demuestra en verificaciones fiscales y otros controles en los que salen a la luz faltantes y desvíos que han beneficiado a familiares y socios.

Donde se administran recursos, las organizaciones del lugar deben estar muy al tanto de lo ocurrido, para no ser tomadas por sorpresa y no esperar a que llegue alguien del nivel central para detectar un problema.

El modo de actuar de gentes de esta laya, generalmente es el mismo. se sienten por encima de los demás, no tienen escrúpulos, tratan de ganar aliados y llegan a un grado de egoísmo tal, que solo piensan en su bienestar a cualquier precio.

La crítica, ante males como este en un medio tan masivo como la televisión, es sana y oportuna. Nada es más tolerante como el silencio que se hace cómplice de la impunidad.

No solo el humor y las canciones de algún que otro grupo que abordan temas sociales deben colocar sobre el tapete tópicos como este, pues ya han pasado los tiempos de que las puestas en pantalla sean novelas de época.

La población necesita que los conflictos más agudos sean reflejados, para que el lenguaje de la comunicación se parezca a la realidad y posibilite el rechazo y la acción ante los Calixtos.

Prima en este país la propiedad social y compete a todos que la mentalidad respecto a ella prevalezca. Nadie debe lucrarse con lo que no es suyo en tiempos en los que se demanda ahorro y austeridad.

La vida cómoda de los burgueses a cuenta de la explotación de los asalariados es una de las consecuencias del capitalismo que más se cuestiona su antítesis, el socialismo.

Por ello, los Calixtos son una mala yerba que, como el marabú, es preciso arrancar de raíz.

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