Infancia ¿lo más hermoso?

Todo cataclismo económico y político cobra sus consecuencias en los más débiles y vulnerables : los niños.

La crisis económica del capitalismo que ha arrastrado con ella a todo el orbe provocará el desempleo de 400 000  ciudadanos residentes en Nueva York antes de que la economía repunte.

Si las cosas están así en la gran potencia, ¿qué sucederá en el resto del mundo?, sobre todo para la infancia, cuyo día de celebración mundial fue este primero de junio.

Las cifras hablan por sí solas: 250 millones de niños trabajan, 30 de ellos en América Latina; 130 millones, el 60 por ciento niñas, no asisten a la escuela en todo el orbe.

La vulnerabilidad de las familias de más bajos ingresos recae sobre las espaldas más frágiles en al edad de los papalotes y los barcos de papel. ¿Dónde irían ellos a navegar?.

Una nación pobre, arrasada por tres huracanes en el 2008 hace esfuerzos y protege a la más menuda población, que es vacunada contra 13 enfermedades, aunque a un número de ellos les falten lujosos juguetes y variedades de golosinas y sus padres tengan que equilibrar muy bien las prioridades dentro de una vida austera.

Pedófilos, proxenetas son lacras mundiales que azotan a la infancia, que en muchos lugares del mundo recurre a prácticas de drogadicción ante el vacío de sus vidas.

Mirando nuestra realidad isleña se aprecia que en medio de las carencias existe un refugio para los más menudos que se mantiene contra viento y marea, sin lujos, pero fuerte en lo vital.

 

 

Las imágenes no dejan mentir:

 

 

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¿Qué es un niño?

Los niños vienen en diferentes tamaños, pesos y colores.
Se les encuentra donde quieras: encima, debajo, trepando, colgando, corriendo, saltando...
Los papás los adoran, las niñas los odian, las hermanas mayores los toleran; los adultos los desconocen, y el cielo los protege.

Un niño es la verdad con la cara sucia, la sabiduría con el pelo desgreñado y la esperanza del futuro con una rana en el bolsillo.
Un niño tiene el apetito de un conejo, la energía de una bomba,

la curiosidad de un gato, los pulmones de un dictador, la imaginación de Julio Verne,  y cuando hace algo, tiene cinco dedos en cada mano.

Le encantan los dulces, las navajas, la Navidad, los libros con láminas, los amigos del barrio, el campo, el agua, los animales grandes, los trenes, los domingos por la mañana y los autos de carrera.Le desagradan las visitas, la escuela,  las corbatas, los peluqueros, las niñas, los abrigos y la hora de acostarse.
Nadie más se levanta tan temprano, ni se sienta a comer tan tarde.

Nadie más puede traer en el bolsillo un cortaplumas oxidado,

una fruta mordida, medio metro de soga, dos caramelos, una honda, un trozo de sustancia desconocida y un auténtico anillo supersónico con un compartimiento secreto.

Un niño es una criatura mágica.
Usted puede cerrarle la puerta del cuarto donde guarda las herramientas, pero no puede cerrarle la puerta del corazón; puede apartarlo de su estudio, pero no puede apartarlo de su mente.
Todo el poderío suyo se rinde ante él. Es su carcelero, su amo, su jefe...Y cuando usted regresa a casa con sus esperanzas y ambiciones hechas trizas, él puede remediarlo todo, con dos mágicas palabras: "Hola papá".

                                                                                                                                     (Anónimo)