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II Los Duendes de Nersys Felipe


 Publicado en: http://www.jrebelde.cubaweb.cu y en :
 
http://www.guerrillero.co.cu
 
¿Se recuerdan las frutas que degustamos en la infancia y  los olores de la abuela? ¿Lo importante es la belleza del paisaje o que nuestro padre nos haya tomado de niños de la mano y su aura protectora se fundiera con la naturaleza que nos vio crecer?.
La escritora pinareña Nersys Felipe –Premio Casa de las Américas en dos oportunidades- y nominada dos veces para el Premio Nacional de Literatura, nos convierte en niños gracias a la magia de los recuerdos.
 
 
La naturaleza es uno de los personajes de sus cuentos, ¿ello se debe a la belleza del paisaje pinareño?
Si ves una loma crecida de pinos que despliegan, espléndidos, su belleza al sol, te encantarás mirándola. Pero eso no es lo bueno. Lo bueno es que tu padre te tome de la mano y camine contigo entre los pinos haciéndote ver su cambiante verde, aspirar el aroma, único en el mundo de un pinar virgen y oír tus pasos sobre las agujas caídas, y el canto de los tomeguines, y la música del aire allá en las ramas, y así y así, hasta que tu padre llega contigo a lo más alto y allí te sienta a su lado y te pasa el brazo por la cintura. No hay apuro.... no hay que hablar..... el tiempo se ha detenido...son solo tú, tu padre y los pinos en el universo. Si te encuentras así con un paisaje, sintiendo la vida que lo anima y te lo entra entero en el alma, en ella se te quedará para siempre. Fue así como me encontré  con el Cuyaguateje y con toda la hermosura que lo rodea, y es por eso que su paisaje señorea en mis cuentos. Pero no señorean los pinares; los increíbles pinares que bordean la estrecha y empinada carretera que va de Pinar del Río a Guane pasando por Luis Lazo. Por eso he contado aquí de ellos. Es algo que le debía a mi padre.
Ya los niños no cantan canciones infantiles, ¿ a qué cree usted que se deba?.
Las canciones infantiles siempre han sido sencillas, y por sencillas, bellas, y por bellas, nobles. Con su riqueza rítmica y melódica y la poesía y gracia de sus letras, nos ayudan a preservar el gusto estético del niño y a darle lo que mental y emocionalmente necesita. Sin embargo, no se cantan como antes. ¿Por qué son otros los tiempos y otros los niños? Bueno, antes no había televisión y jugábamos y cantábamos mucho.  
Ahora los niños se sientan a ver los muñe y frente al televisor se quedan, por lo que les gusta y porque nos conviene a los adultos. Por eso son buenos los círculos infantiles con sus titas que cantan, las casas de cultura con sus cantorías y los espectáculos teatrales de bien escogido repertorio. Pero para evitar que esas canciones se extingan, como se están extinguiendo los osos pandas, haría falta una mayor presencia de ellas en el hogar, la escuela, los medios audiovisuales y en la grabación de discos y casetes, y no pensando en la familia cuando incluyo esto último y porque no todos tenemos grabadora, sino pensando en los espacios de reunión de los niños. Y porque reconozco el valor de esas canciones, los convido a soñar el sueño de que vuelvan a cantarse. Después de todo un sueño, si en él se persiste y por él se trabaja, puede volverse realidad.
9- Los mamoncillos de sus cuentos, y de Guane ¿le siguen gustando?
Me siguen gustando . Lo más importante de nuestra casa de Guane era su mata de mamoncillos. Nos pasábamos el año esperando por sus flores y, cuando se abrían su olor me recordaba el de los polvos de heliotropo que mi abuela se ponía y que venían en unos paqueticos envueltos en papel de seda amarillo y atados con una cinta dorada. Más nunca he vuelto a verlos ni olerlos, ni más nunca he comido mamoncillos tan blancos y dulces como los de aquella mata, que ya no existe. ¿Y sabes?. Hay un montón de otros más nunca en mi vida. Pero bueno, de ellos, como de mis pesadillas  de niña, no quiero hablar.
7- ¿Es usted una niña grande?
Ojalá lo fuera, porque me encantan las niñas, pero no lo soy. Soy una mujer de 70 años que no suele acordarse de que los  tiene, porque como el día no le alcanza para todo lo que debe y quiere hacer, ni un minuto le queda para pensar en su edad.
8- ¿Mantiene algún hábito de los que tenía en la infancia?
El de la lectura y el de levantarme temprano como mi padre, que era el que nos llevaba el café a la cama; el de recortar figuritas de colores y el de luego perderlas; y el perfume con colonia para dormir.
Y así está Nersys, entre los duendes de luz de su nuevo libro que le hablan bajito al oído, y le cuentan historias de barcos de papel en ríos flaquitos; de un viaje pospuesto hacia donde nacen los arcoiris dobles; del galope de un mulato general;  y de cómo arropa a su caballero un  padre en la fría  Nueva York. (FIN)
 

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