HURACAN DEAN Y CAMBIO CLIMÀTICO
En este momento México es azotado por Dean, un huracán categoría cinco con vientos de hasta 270 kilómetros por hora, capaces de arrancar árboles de raíz.
· El huracán Dean es en el top 10, el noveno entre los más intensos jamas registrados.
· Dean es el tercer huracán con la presión barométrica más baja en golpear tierra, solo por detras del huracán del Día del Trabajo de 1935 y del Gilberto de 1988.
Datos curiosos de Dean en: http://ebrmx.com/ (minuto a minuto)Con esa fuerza impactó la costa mexicana, aunque informaciones recientes afirman que su intensidad descendió algo un poco después. Valdría la pena preguntarse qué ha hecho el hombre a través de los años para embravecer tanto a la naturaleza, y aún hay quienes se empeñan en minimizar los efectos del cambio climático, para sustentar la esencia del desarrollismo a toda costa.
La naturaleza necesita que se le mire y le mime como lo que es: la cuna de la vida. El número de huracanes en el Océano Atlántico se duplicó en el último siglo debido al cambio climático.Así lo difundió un estudio realizado hace algunos meses por el Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de Colorado y el Instituto Tecnológico de Georgia, ambos en EE.UU.Los especialistas analizaron la frecuencia de este fenómeno meteorológico desde el año 1900 hasta nuestros días.
Una de las causas es el aumento de la temperatura de la superficie de los océanos, y en este punto recordábamos, como ante el paso de Dean por las aguas del Caribe, José Rubiera, del Instituto de Meteorología de Cuba apuntaba lo elevadas de las temperaturas del mar.También aseveran los científicos que el aumento de huracanes es consecuencia a los cambios en el comportamiento de los vientos, provocados por el cambio climático.
Entre 1900 y 1930, hubo una media de seis tormentas tropicales, cuatro de las cuales fueron huracanes. En el segundo, período, entre 1930 y 1940, hubo diez tormentas tropicales, de las cuales cinco fueron huracanes. Por último, entre 1995 y 2005 se produjeron 15 tormentas tropicales, de las que ocho fueron huracanes.
"En el periodo estudiado hubo variabilidad natural en la frecuencia de los huracanes, pese a que, en nuestra opinión, ésta contribuyó en menos de un 50% al incremento detectado", afirmaron los investigadores."Aproximadamente el 60% o 70% del aumento de la pasada década puede ser atribuido directamente al calentamiento causado por los gases con efecto invernadero", concluyeron.
Si seguimos maltratando de tal forma a la naturaleza, ella continuará tomando venganza y su precio en vidas.
LA FALTA DE BOSQUES
Un estudio realizado por la FAO sobre el período 2000-2005 señala que la superficie forestal disminuye cada año 10 millones de hectáreas en el mundo, y que el 65 por ciento de esta pérdida ocurre en Sudamérica. Sólo Brasil pierde 3,1 millones de hectáreas anualmente.
En todo caso, señala que el ritmo de la deforestación se ha desacelerado a nivel planetario gracias a la masiva forestación en Asia, especialmente en China, y a los esfuerzos que también se hacen en este sentido en Europa.
La falta de bosques agudiza el cambio climático. El calentamiento del planeta ocurre porque "los gases invernadero afectan la absorción de la energía de radiación térmica emitida por la Tierra. Esto tendería a elevar la temperatura del planeta", señala el biólogo chileno Francisco Squeo, del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Aridas.
El CO2, así como otros gases nocivos, como el metano, han aumentado porque hay más emisiones y también porque la deforestación impide que se absorba como antes.Durante el siglo XX las temperaturas promedio de los océanos Atlántico, Pacífico e Indico aumentó aproximadamente 0,6 grados Celsius y el nivel del mar subió entre 10 y 20 centímetros, mientras que la concentración atmosférica de dióxido de carbono aumentó en 31 por ciento desde 1750 hasta la actualidad.
Entre los efectos concretos que será necesario enfrentar están por ejemplo, el desplazamiento de especies de unas regiones a otras, tales como algas marinas tóxicas que han invadido en años recientes el mar
Mediterráneo; el aumento de la incidencia de los incendios forestales en diversas regiones; la dispersión de insectos en zonas fuera de su hábitat; olas de calor -como la que casuó 2.000 muertes en Europa el 2004- e inundaciones, además de la mencionada violencia de los huracanes. El número promedio de desastres relacionados con el clima en los años 90 fue el doble que el de los 80, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Sin ir más lejos, la cuenca del Amazonas vive su peor sequía en 40 años, plagando la región de incendios, causando enfermedades a los habitantes debido a la contaminación del río y matando a millones de peces y otras especies a medida que los arroyos se secan.
El origen de esta sequía, además de la deforestación, que disminuye la humedad, sería el ascenso de masas de aire del Atlántico norte, que estarían causando que el aire descienda en el Amazonas, evitando la formación de nubes y precipitaciones, según los especialistas.
"El Amazonas es un canario en una mina de carbón para la Tierra", declaró Dan Nepstadt, del Instituto de Investigación Woods Hole de Massachussets.
El problema es que algunos científicos señalan que, aún si se reaccionara ahora para intentar detener el cambio climático el daño al Planeta está hecho, y se mantendrán los efectos de la actual contaminación al menos hasta el fin del siglo XXI.
Es decir, además de frenar el calentamiento global, los científicos recomiendan prepararse y adaptarse para lo que se aproxima inevitablemente: las consecuencias del cambio del clima.Estados Unidos, responsable del 25 por ciento de todas las emisiones de CO2 del planeta y del 36 por ciento de los gases que provocan el efecto invernadero.
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