MI HIJA SE HA IDO A LA BECA: LIBROS Y REALIDAD
¿Cuántas cosas pasan en un año? La vida corre sobre manecillas veloces sin apenas darnos cuenta.
Casi no le sirven sus uniformes azules por el estirón que ha dado esta princesa mía.
Y ya la extraño. Es mi amiga, y también a veces, mi madre. En las vacaciones se aficionó a prepararme un vaso de leche con chocolate que religiosamente me llevaba a mi viejo sofá, ese en el que me gusta acostarme a ver películas o a leer algún libro, el último de ellos Los fantasmas del Don, de J Hernández, un amor mezclado con la historia de la naciòn.
Son los hijos esas divinas criaturas que dan preocupaciones, pero tambièn nuestras mayores alegrìas.
Cuando mi hija llegó ayer a la beca me gustó ver cuánto la quieren sus compañeras de cuarto, las mismas del año anterior. Muchas de ellas viven en Candelaria, a màs de una hora de la ciudad de Pinar del Rìo , y por ello no se habìan visto en las vacaciones.La abrazaban con fuerza y mucho cariño. Me sentí muy orgullosa. Es sencilla y natural, no tiene nada suyo, todo lo comparte.
Pude notar que en otros casos los abrazos eran menos fuertes: vanidad de madre.Los propios alumnos dejaron bien limpio el preuniversitario y sus extensas àreas verdes se ven cuidadas, también las flores del jardín.Desde la ventana de su albergue se ven dos inmensos árboles de raíces enormes y brazos abiertos: como un símbolo.
4 comentarios
Zenia -
Pèglez. Gracias por tus elogiosas palabras. La verdad es que me esfuerzo en ser una buena madre, sobre todo en edad tan difìcil: la adolescencia.
Vicente. Gracias, le darè tu mensaje. La maternidad abriò para mì nuevas puertas en el mundo que descubro todos los dìas.
Vicente Torres -
Péglez -
Joan Guerrero -