DICIEMBRE:¿FIN O PRINCIPIO?
Para mí diciembre es un mes existencial que me provoca un revuelo de emociones: dulces, amargas, alegres tristes que me colocan siempre con la mirada vuelta a los 365 días que cayeron como hojas de árbol cercano al otoño y que guardo en el cofre de mis recuerdos.
Allí habita un tiempo de afectos, rutinas, desamor y amor, como el ciclo de un manantial que nace en las montañas, que muere y surge, con cada caída de agua.
Reaprendí lo que ya sabía: se cierra una puerta y se abren otras. Aparecen otros misterios por responder, otras lumbres por entibiar.
En este año que termina una cofradía de soñadores me dio una bienvenida secreta, como para que saboreara las mieles de mi adultez reciclada en una adolescencia tardía, negada a sentarse a orillas del camino para ver a los mofletudos exitosos exhibiendo sus pobres barrigas, sus pobres cadenas.
Diciembre trae las flores de pascuas: campanillas blancas y violetas que crecen para gusto de las abejas. También llegan en el mes las llamadas de los familiares que hace tiempo no vemos y nos recuerdan que están ahí, llevando nuestra misma sangre, con idéntico apellido y árbol genealógico.
Mis padres, la raíz de mi árbol están vivos. Y es una suerte tenerles en los resabios de la edad que ya ha visto todas las lunas y soles.
Mi hija crece y aprende qué es la traición, la bondad. Aprende a olvidar la costumbre y sueña con volver a acostumbrarse.
Estaremos juntas en diciembre, seguro, en algún lugar junto al mar.
4 comentarios
Zenia -
Sigo sin poder entrar a tu blog. Por suerte, tù, gentilmente, visitas el mìo: la comunicacion es un bien preciado del ser humano.
Hasta pronto
Joan Guerrero -
Zenia -
Ella escribìa: lo importante son las emociones y no las ostentaciones.
Nada mas grato que los afectos.
Vicente Torres -
Bien por tu hija, que aprende que lo importante son las personas, las gentes de buena voluntad.