ABRAZO

("El abrazo poético, como el abrazo carnal, mientras dura prohíbe cualquier fuga a la miseria del mundo").

Una persona a la que quiero bien me respondía hoy un mensaje de esta forma: "Ojalá que la vida para ti siempre sea una poesía".

Y me dio un pie no forzado para asomarme a mis pensamientos:

Muchos afirman que la poesía es hija del desgarramiento. Carilda Oliver Labra, la poetisa matancera, nos dijo en una oportunidad en una entrevista que cuando era feliz no podía escribir versos.

No es la única. Numerosos poetas encuentran en los versos un refugio a sus exaltaciones, generalmente dolorosas. Los hay rotundamente tristes desde sus sufrimientos, como si únicamente a solas consigo mismos y frente a una hoja en blanco, o un ordenador, encontraran las respuestas para el soliloquio de sus conciencias.

Son seres con una alta demanda espiritual. Ahí está Alfonsina Estorni para recordárrnoslo.

Es la poesìa un acto de vida y amor, tanto, que todo enamorado ha sido alguna vez poeta, aunque solo sea ante los ojos de la pareja.

La poesía le canta al amor, a la vida, al sufrimiento, a la muerte, a los grandes sentimientos humanos, también a las bajas pasiones.

Ella es puente, sendero, luz, evasión, volcán, necesidad, demanda.

Puede vivir bajo el sol y cercana al mar, también bajo las bombas y hasta en cautiverio.

Es un acto dulce y doloroso a la vez.

Es un desnudo en público, es la rotura del miedo, es el fin de un silencio.

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