Hasta bajo huracanes la vida sigue en Cuba
Fiambre le decimos los periodistas a datos e historias que ya dejaron de ser noticia. Muchas veces en las agendas se nos quedan anécdotas y hechos que quizás ante la magnitud de otros dejamos de mencionar; pero que dan pistas de cómo corre la vida en una provincia que parece ser la llave de los ciclones del Caribe.
Uno de estos hechos se nos quedó en el silencio de las notas, escondido tras el impacto de dos huracanes en Los Palacios que casi detuvieron nuestra capacidad para el asombro, como le ha ocurrido a muchos.
A las 3.30 de la tarde del propio día en que azotó Ike un grupo de reporteros partimos hacia Candelaria; al llegar allí y con el antecedente del azote de Gustav en Los Palacios casi nos pareció que no había ocurrido nada con el segundo meteoro. Todo nos resultaba común: evacuados, falta de electricidad, limitaciones con el agua.
Así fue como quedaron fuera de nuestro reporte los testimonios de la doctora Carmen Rosa Labrador Pérez y del joven interno Asbel Díaz Fonseca, quienes estaban de guardia en el policlínico Gilberto Marqueti, de Candelaria, el día en que Ike tocó tierra vueltabajera.
La doctora conversó con nosotros serenamente, nada extraordinario había ocurrido durante su guardia: un hombre ebrio se había caído en la calle y le dieron varios puntos en el mentón.
Le tocó la guardia cuando Gustav, y también con Ike. Vive a una cuadra del policlínico y sabía que sus dos hijos de 15 y diez años estaban bien acompañados por su esposo Zoilo Luis Díaz.
“Cuando más fuertes se sintieron los vientos de ike fue entre las 11.00 y las 12.00 del día. Antes de esa hora vinieron seis personas con la presión alta, están registrados como hipertensos y se descompensaron ante la inminencia del nuevo huracán. Los atendimos y fueron medicamentados”.
UN INTEGRANTE DE LA BRIGADA HENRY REEVE
Tras el paso del huracán Katrina, y en honor al joven estadounidense que combatió en las guerras de independencia de la Isla, en Cuba fue constituida entonces la brigada médica Henry Reeve.
La isla ofreció así su ayuda al pueblo norteamericano, sobre todo a quienes no podían pagar la medicina privada; pero el gobierno norteamericano se negó acatar este ofrecimiento.
A uno de los integrantes de este grupo, al interno de sexto año Asbel Díaz Fonseca, de 23 años, lo encontramos también de guardia junto a la doctora Carmen Rosa.
Al preguntarle acerca de las mayores incidencias y peligros bajo los vientos, insistió en la necesidad de que la población se proteja hasta el pasos de un meteoro y ejemplificó con una de las farolas ubicadas frente al policlínico, la cual fue partida por Ike y en el momento de nuestra visita se veía como de medio lado.
En la comunidad Las Terrazas cayeron 400 milímetros de agua durante Ike y 362 en Candelaria, entre las cifras más altas de toda la provincia.
-¿Este es tu primer huracán?, preguntamos a Asbel.
“No, el Gustav lo pasé atendiendo a los albergados en la secundaria básica urbana Combate de Soroa, y cuando ellos retornaron a sus hogares, seguí atendiendo allí a los linieros de Las Tunas quienes ayudan a la recuperación eléctrica del territorio.
“En el pasado mes de junio 19 internos pinareños pertenecientes a la Henry Reeve pasamos un diplomado relacionado con desastres y catástrofes, cuya duración fue 15 días en la Facultad Ernesto Che Guevara de la Serna y abordó diversos y útiles asuntos, como la asistencia médica bajo las orientaciones de la Defensa Civil ante derrumbes, terremotos, huracanes y otros eventos”, refirió Asbel.
Quiso la naturaleza que pronto Asbel tuviera que desempeñarse en condiciones de las estudiadas teóricamente. Un huracán enfrentado desde un puesto médico facilita conocimientos de diversos tipo útiles para un galeno, hasta psicológicos.
Asbel confesó no sentirse preocupado por los casos que pudieran presentarse pues se siente seguro de los conocimientos aprendidos durante la carrera, ya que en Cuba los alumnos de Ciencias Médicas rápidamente se vinculan a los hospitales y rotan por todas sus salas, lo cual incide en el rápido aprendizaje de múltiples habilidades.
Por estos días y después de dos huracanes mucho se escribe y habla de la capacidad organizativa y de repuesta ante emergencias de los cubanos, cientos de personas anónimas tienen mucho que ver con ello: quienes contribuyen a salvar una vida; los que restablecen la electricidad y las comunicaciones, aquellos que abren sus puertas para que un vecino cuya vivienda ya no existe guarde sus pertenencias…
Se ha escrito sobre pérdida de valores; pero ciertamente durante los huracanes afloraron los mejores sentimientos de los seres humanos, especialmente lo relacionado con el acto de servir a otros, al bien público.
¿Qué es la Defensa Civil?
Mucho se escucha hablar antes, y durante un huracán de las notas informativas que emite la Defensa Civil, un bien concebido y estratégico sistema que impide que muchas vidas se pierdan en huracanes y otras contingencias, y que se vincula con toda forma de salvar vidas y prevenir, incluido el trabajo de salud pública y los medios de comunicación.
De la página de la Defensa Civil tomamos estos fragmentos:
http://www.cubagob.cu/otras_info/minfar/default.htm
La Defensa Civil se concibe como un sistema de medidas defensivas de carácter estatal, llevadas a cabo en tiempo de paz y durante las situaciones excepcionales, con el propósito de proteger a la población y a la economía nacional contra los medios de destrucción del enemigo y en los casos de desastres naturales u otros tipos de catástrofes, así como de las consecuencias del deterioro del medio ambiente. También comprende la realización de los trabajos de salvamento y reparación urgente de averías en los focos de destrucción o contaminación. El Presidente del Consejo de Estado dirige la Defensa Civil mediante el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, quien para ello cuenta con el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil. Los presidentes de las Asambleas Provinciales y Municipales del Poder Popular son los jefes de la Defensa Civil en el territorio correspondiente y cuentan para esta labor con pequeños órganos profesionales.
ESTADO MAYOR NACIONAL DE LA DEFENSA CIVIL:
Es el principal órgano del sistema y está encargado de velar por el cumplimiento de las medidas de defensa civil, las normas y convenios internacionales relativos a la protección civil de los que la República de Cuba sea parte, y de coordinar los programas de cooperación y ayuda internacional en caso de catástrofes. Mantiene estrechas y fluidas relaciones de trabajo y colaboración con las numerosas instituciones que laboran en interés de la protección de la vida humana y el medio ambiente, y con los diferentes medios de difusión masiva. Igualmente coordina sus acciones y colabora estrechamente con las instituciones y organizaciones no gubernamentales que, como la Cruz Roja de Cuba, la Cruz Roja Internacional y otras muchas, realizan una encomiable labor en aras de estos objetivos.
Foto de Félix Témerez: (Asbel Díaz Fonseca, estudiante de sexto año de la carrera de Medicina, pertenece a la brigada Henry Reeve y prestó servicios médicos durante los dos huracanes).
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