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La Plaza de Armas y el 14 de febrero

La Plaza de Armas y el 14 de febrero

 

La La Plaza de Armas, en La Habana Vieja, semejaba un hervidero este 14 de febrero. La temperatura agradable, más elevada que en días anteriores, obligó a sus palomas a buscar el agua en las fuentes mientras decenas de  caminantes las seguían con sus cámaras.

Familias completas se acercaban a las atractivas aves con las manos llenas de miguitas para regalarles.

Entre el bullicio, un hombre, no mayor de 40 años,  vestido de completo traje negro, y un gladiolo amarillo en sus manos robaba la atención por su imagen de caballero antiguo.

Iba con donaire en medio de la gente vestida de manera más veraniega e informal. Se le adivinaba una cita en la prisa.

Jóvenes de un grupo de arte calle montados en sus zancos bailaban frente al Palacio de los Capitanes Generales.

Un dibujante caminaba junto a una comitiva de turistas mostrándoles una caricatura mientras  ellos negaban con la cabeza.

Parejas de todas las edades colmaron el Museo de Historia Natural: un viaje a períodos remotos en el que no escapan el meteorito que impactó Arizona; restos de animales del período jurásico; rocas de diferentes épocas, sorprendentes por su policromía; animales de todas las regiones del mundo, incluidos los más exóticos y sorprendentes, entre ellos los murciélagos, con su negra leyenda.

La Plaza de Armas es refugio para  el descanso después de un largo paseo por sus alrededores, en los cuales las variadas ofertas gastronómicas, entre ellas el delicioso café Cubitas por el valor de un peso cubano, permiten que la estancia complazca diversos gustos.

Arquitectura e historia armonizan en los numerosos museos- el de orfebrería entre ellos, con su Congregación de plateros, en el cual bien se recuerda que los oficios merecen toda reverencia.

Tiene un encanto especial la Plaza de Armas, siempre lo ha tenido. Con sus adoquines, sus bancos bajo los árboles, la estatua de Céspedes, alto, níveo, inmaculado.

Se escucha la sirena de un barco que entra en el puerto. Los relojes regresan las manecillas a un tiempo otro.

 

2 comentarios

Zenia -

Así es Osmaira. Fue un hermoso día. Ojalá para ti lo haya sido también.

Osmaira -

Felicidades colega, al perecer tuviste un agradable día 14 de febrero. Muy ilustrativo tu artículo.