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Blog de Saramago. Benedetti

Blog de Saramago. Benedetti

A pesar de la primavera, de sus flores, del verde, de la luz; noticias que no tienen nada que ver con ella inundan la red: crisis, el AH1N1, conflictos armados.

Una las lee, se informa, multiplica datos útiles, pero no puede menos que valorar el alcance de esa palabra que viste de azul: paz, y que se encuentra en la sala de tu casa cuando sientes que en el apartamento de los altos la madre de las jimaguas las mece en el sillón.

Paz, es la risa ante el espectáculo humorístico en la televisión que nos muestra cual somos, desde códigos propios.

Paz, es el fin de los exámenes de los hijos que ahora se reúnen con sus amistades.

Paz es una buena conversación a la sombra de un café.

Pero hay buenos refugios también en la red, como el blog de Saramago, en el cual se sabe el valor de un gran poeta, Benedetti, con sus golondrinas de alas tiernitas, sus sobrevivientes, sus tácticas y estrategias.

Sabe a solidaridad, a gusto por la amistad, por la vida, los recuerdos, los versos.

Es tan positivo el influjo que a una no le da pena, pierde la vergüenza y comete la osadía de colgar estas simples líneas encima de Saramago y de Benedetti.

Ellos no son propiedad privada. Sus esperanzas y utopías están socializadas. Las necesitamos.

Por ahora venció la vida, Benedetti está de alta, quizás lo liberaron sus propios versos.  

 

Benedetti

Por José Saramago

El susto fue grande, Mario Benedetti estaba en el hospital y su estado era considerado grave. Ángel González se nos fue casi sin aviso, en una fría madrugada de enero. Que ahora la vida de Benedetti estuviera en peligro allá en su distante Montevideo era algo que la preocupación aquí despertada no se resignaba a aceptar. Y, con todo, nada podíamos hacer. ¿Enviar telegramas, a la antigua usanza? ¿Mandar recados a través de algún amigo? ¿Rezar una oración por su pronto restablecimiento, si con eso no fuésemos a provocar la ira laica de Mario? Pilar encontró la solución. ¿Qué era, en verdad, Mario Benedetti, qué había sido él en toda su vida, mucho más que las múltiples profesiones ejercidas? Poeta. Entonces arranquemos sus poemas de la inmovilidad de la página y hagamos con ellos una nube de palabras, de sonidos, de música, que atraviesen el mar atlántico (las palabras, los sonidos, la música de Benedetti) y se detenga, como una orquesta protectora, delante de la ventana que está prohibido abrir, acunándole el sueño y haciéndolo sonreír al despertar. A los médicos algo se les debe, reconozcámoslo, pero nosotros, todos los que alredor del mundo hemos dado nuestra contribución personal, juntando poemas de Benedetti a los poemas de Benedetti, también hemos tenido parte en el trabajo. Mario Benedetti está mejor. Leamos entonces un poema suyo.

 

Tomado del blog de Saramago:

http://cuaderno.josesaramago.org/2009/05/04/benedetti/

 

 

Imagen: Cuadro del pintor  Paul Cezanne

 

 

 

2 comentarios

Zenia -

Catalina. La paz nos acompaña y muchas veces no la vemos. Debemos tomarle el gusto, paladearla y llevarla a la pesa de vez en vez.
Saludos, Zenia

Catalina -

Muchas gracias por estas lindas palabras de paz querida Zenia y por traernos a dos Maestros

Cariños desde los tropicos