Hace algunos meses escribimos un reportaje relacionado con Javier, un adolescente muy especial, síndrome de Down, vecino nuestro, que ha encontrado el más hermoso modo de insertarse en la sociedad: el arte.
En el proyecto Con amor y esperanza, que dirige el pintor Jesús Carrete, Javier dibuja su mundo.
Ayer, un hecho que podría ser común se convirtió en suceso en nuestro edificio.
Él andaba en un terreno de béisbol cercano destinado al deporte comunitario, cuando un vidrio atravesó la suela de uno de sus tenis.
Regresó corriendo y llamaba a Vento, un vecino del quinto piso que lo trata de igual a igual. ¿Dónde está Vento?, ¿Dónde está vento?. Nos contaron que decía.
Pero el único que salió a prestarle ayuda no fue sólo Vento. Decenas lo hicieron. Enseguida apareció un transporte que lo llevó al cercano policlínico.
La herida no era grave y fue suturada convenientemente; pero Javier movilizó a los vecinos de su folclórico edificio y a lo mejor que habita en ellos: la solidaridad con el más débil.
El citado reportaje con Javier, su mundo y sus dibujos en:
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