Muerte misteriosa de periodista en Honduras
La muerte a balazos a manos de desconocidos del periodista Gabriel Fino Noriega, quien laboraba en Radio Estelar y era corresponsal de Radio América, en San Juan Pueblo, a 350 kilómetros al Norte de Tegucigalpa, abre signos de interrogación, a pesar de las rápidas declaraciones de las autoridades de la Dirección Nacional de Investigación Criminal, Dnic quienes dijeron que el crimen no se relaciona con la “crisis en Honduras”, así le llaman al golpe militar.
Lo raro es que no ha quedado ni rastro de los asesinos que interceptaron al reportero en un auto de turismo en el momento en que salía de su trabajo, según la agencia EFE.
¿Cómo entonces se puede separar tan tempranamente el hecho -ocurrido a las 5.30 de la tarde del viernes en la colonia San Juan Bautista -del golpe de Estado?
Fuentes de Radio América dijeron a Efe que Fino Noriega fue atacado cuando se aprestaba a abordar su moto tras emitir un noticiario en una emisora de radio de San Juan Pueblo.
Los restos del comunicador social fueron enterrados en el cementerio municipal de San Juan Pueblo. Le sobreviven nueve hijos.
La muerte de Gabriel Fino Noriega fue muy sentida por distintos sectores de la sociedad y en especial por las organizaciones campesinas de la zona, cuyos miembros se expresaron sobre su fallecimiento en pronunciamientos que hicieron llegar a su familia, así como de sus compañeros de la Asociación de Prensa Hondureña, APH, que se había formado en San Juan Pueblo.
Condenó el asesinato la FELAP (Federación Latinoamericana de Periodistas).
Desde el pasado día 28 son más de 600 los detenidos en Honduras después de la aplicación del toque de queda.
Los medios de la derecha mundial y algunos que se llaman socialistas tratan de cargar culpas a otros, cuando la verdad de lo acontecido tiene todos sus pasos marcados en el propio modus operandi de los militares, quienes evidentemente se sentían infalibles.
Más de un observador señala que la ilegitimidad del golpe militar es tal que no tiene comparación con ninguno de sus precedentes históricos, debido a que desde el primer momento afloraron las costuras y errores en el asunto, lo que supone un sospechoso nivel de prepotencia y descuido, por ejemplo en:
-La fecha de la supuesta carta de renuncia.
-El secuestro de Zelaya con fuerzas regulares, pero después liberado.
-Después que Zelaya está fuera del país es que piden la orden de captura internacional de Zelaya.
-Reprimen a los periodistas delante de las cámaras. (Un acto de soberano desparpajo no visto ni siquiera cuando la muerte del camarógrafo Couso cuando la invasión a Irak. Entonces hubo rápidamente declaraciones de altos militares negando que hubieran dado órdenes de ello).
-Figuras de la iglesia hablan de paz pero amenazan con sangre.
-Captura y sometimiento de menores de edad a la fuerza para actos de fuerza.
¿Y USA QUÉ DICE?
Esta es la pregunta que muchos en el mundo se hacen hoy. En el “traspatio” de la mayor potencia del mundo ocurre un golpe de estado militar sin embargo, los pronunciamientos del gobierno de Usa siguen siendo tibios, aunque este día seis de julio dijo que “NO RECONOCE EL GOBIERNO INSTAURADO EN EL PAÍS CENTROAMERICANO”. Esta es la nota:
“En horas de la tarde de este 6 de julio, el vocero del Departamento de Estado, Ian Kelly, declaró que el gobierno estadounidense no reconocía el gobierno instaurado en el país centroamericano y que por lo tanto no hay motivos para recibir ninguna delegación enviada por este.
“Aunque la rueda de prensa transcurrió de manera ambivalente y esquiva, lo que sí quedó claro es que al final terminaron por concordar con las organizaciones del área y con los países del mundo que reunidos bajo la égida de la ONU demandan el regreso inmediato e incondicional de Zelaya como el presidente legítimo de Honduras.
“Pero como todo lo que brilla no es oro, Estados Unidos se permite todavía estudiar si lo que ha sucedido en la tierra de Morazán ha sido un golpe militar o una versión distinta, que no necesita levantar la suspicacia de los países del continente y de los allende al mar; a pesar de las demostraciones fehacientes de represión, de usurpación de poder, de terrorismo, deviolación flagrante de las libertades inherentes a los seres humanos y a las sociedades democráticas.
“Al parecer necesitan que la cifra de los muertos y de los vejámenes se incrementen, que la ola de terror amenace con ahogar en sangre las calles de la ciudad de Tegucigalpa, bautizada nuevamente con la dignidad y la valentía de los hombres y mujeres que exigen la vuelta de la democracia, de la paz, de la libertad, que es todo lo que con Zelaya habían alcanzado”.
Especial con imágenes sobre el golpe militar en Honduras en:
http://www.juventudrebelde.cu/UserFiles/Flash/zelaya.swf
Más sobre el tema en:
Declaraciones del padre del joven asesinado en Honduras: http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?28036
Imagen: Gabriel Fino Noriega, el periodista asesinado
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