Desagravio a los pinareños
Se ha escrito acerca del tono peyorativo con el cual son tratados los orientales y los calificativos que se les endilgan; pero no se quedan atrás las múltiples historias y miradas de sorna sobre los nacidos en la más occidental de las provincias cubanas, Pinar del Río.
Podríamos también agregar a ello los chistes sobre las personas de la raza negra, lo cual fue objeto hace algún tiempo de un comentario en las páginas del periódico Juventud Rebelde.
Pero el tema que comentamos hoy se centra en el artículo Pinareño…¿y qué? Publicado en el blog http://islalsur.blogia.com/ por la estudiante Karlienys Calzadilla Padilla y en el cual desfilan las opiniones de coterráneos como Pedro Pablo Oliva, el periodista Viñas Alfonso y el humorista Jardiel González, devenido habanero, quien confiesa jocosamente : “Me gusta que piensen que por ser de Pinar del Río soy medio «mongo». Yo aprovecho eso y de veras he tenido buenos resultados”.
Con igual sentido del humor asimila la carga histórica otro humorista, Kike Quiñones, quien hace varios años nos confesara en una entrevista que este asunto es mejor enfrentarlo con sabiduría y sonrisas.
Un colega, que trabaja en una prestigiosa publicación de perfil internacional asentada en La Habana –nos reservamos el nombre no sea que aumente el fuego de chistes contra él- – nos dijo hace unos meses que en el ámbito intelectual ocurre lo mismo, "siempre encontrarás alguno que otro que te mire por encima del hombro porque tus ideas tienen un sesgo provinciano y corresponde a cerebros capitalinos ser pioneros de las grandes ideas".
Sin embargo, en honor a la verdad, hemos encontrado a más de un habanero que se precia por tener amigos y amores pinareños y que no miran desde un pedestal a sus vecinos occidentales, quienes más guerra les dan en el pasatiempo nacional, el béisbol.
No escribiremos aquí ningún chiste en relación con el ego de los residentes en Ciudad de La Habana para no caer en la misma trampa, además, no pecaremos de ingratitud con la ciudad en la que estudiamos hace años e hicimos magníficas amistades que conservamos hasta hoy, una de ellas nos regaló hace pocos días un pequeño talismán: una graciosa figurita de barro realizada por sus propias manos.
Más allá de la historia real de nuestro terruño, y su materia prima para chistes -que se remonta al siglo XVIII con la migración de canarios, húngaros y gallegos- queríamos expresar otro punto de vista respecto al tema.
Aunque es innegable que en los últimos 50 años la más occidental de las provincias ha tenido avances en materia de construcción de presas, desarrollo de la telefonía, electrificación, informatización, educación, salud pública, entre otros, también es cierto que a ella no le ocurre como a Matanzas, la otra provincia que colinda con Ciudad de La Habana y que tiene un mayor desarrollo industrial y turístico pues la natura la congratuló con Varadero.
Todavía los jóvenes nacidos en Vueltabajo, que estudian en la capital del país, no quieren retornar a su lugar de residencia después de conocer los atractivos culturales y las posibilidades que existen en Ciudad de La Habana.
A nuestro modo de ver, y en esto coincidimos con uno de los entrevistados, es necesario desarrollar en la conciencia de los nacidos en el extremo occidental una actitud más activa en todas las áreas de la sociedad, no esperar siempre una señal, sino ser iniciadores, pues quizás el apego a la tierra, a las tradiciones también influye en la ejecución de respuestas más lentas cuando se hacen comparaciones con otros sitios de la isla.
En estos días hemos sido testigos de cuánto batallar ha necesitado para su feliz camino el proyecto recreativo de la calle Martí- que continuará la semana próxima cuando concluyan este domingo las fiestas populares- debido a los obstáculos que algunos directivos de entidades esgrimen; sin obviar la actual situación económica que vive el país. Pero entonces surge la pregunta ¿y en las otras provincias no ocurre lo mismo?.
No basta sólo con reflexionar acerca de la forma en que se nos mira; larga cola que viene de atrás. Ante tal herencia cultural no queda otra alternativa que, primero sonreír y después revertir con hechos cierto innegable lento ritmo para algunas acometidas.
Ya ésta no es sólo tierra de labriegos, aunque también lo es, y hacia ellos hay que mirar hoy, no sólo en Cuba, sino en el mundo entero.
También esta es tierra de profesionales. Una de sus universidades, la Hermanos Saíz Montes de Oca, ha graduado en casi 37 años a 14 467 de ellos.
Darle participación en las decisiones a ese capital humano, tomar en cuenta sus puntos de vista- como se hizo hace meses para iniciar la reanimación de la ciudad- es también una de las maneras de quitarse la sal de encima, la cual y a pesar de nuestros ilustres mambises y mambisas, pintores, escritores y bailarines, aún está ahí, a la espera de que con la pala la echemos al mar, ello sin incluir las promisorias primicias futuristas que corren por la red respecto a ciertas sorpresas en la plataforma insular cubana.
Ahora compartimos el artículo que dio pie a los anteriores puntos de vista:
Pinareño…¿y qué?
“¿Ha sido usted en algún momento el centro de todo? Si es espirituano, habanero, avileño o matancero, tal vez no haya tenido la suerte de sentirse «importante». ¡Ah!, pero si proviene de la más occidental de las provincias cubanas, es poco probable que no conozca la experiencia.
”Lo cierto es que donde llega un pinareño detrás viene el «chucho», porque «dejaron una concretera dentro de un cine», «construyeron una discoteca en la planta alta de una funeraria», «ponen el teléfono en el piso para que no se caigan las llamadas», o «cuando van a tumbar mangos, suben a la mata, los tocan, y si están maduros, bajan a tirarle piedras».
Pero esta visión del pinareño no es nueva, se
... (... continúa)
Imagen: Ciudad de Pinar del Río ´
Nota: Otros atributos de la provincia: la tierra del mejor tabaco del mundo; el jardín de Cuba; catedral de la espeleología; sitio de amplia biodiversidad …..
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