El actor Salvador Wood y su familia en la peña de Luis y Péglez
Salvador Wood, su familia y los destinos junto al mar
Con su inseparable boina, la guayabera y su bastón el actor Salvador Wood, acompañado por toda su familia compartió intensas vivencias, a pocos días de concluir el 2009.
Escuchar sus testimonios, los de su esposa, la actriz Yolanda Pujols y sus hijos Patricio Wood (El Brigadista) y Yolanda, profesora e investigadora, fue uno de los mejores regalos recibidos por los presentes en la peña de los periodistas y escritores Luis y Péglez, que cada lunes en la biblioteca Tina Modotti, de Alamar, tienen uno o varios invitados para intercambiar con los asistentes.
Fue una peña de lujo pues Salvador y Yolanda, figuras emblemáticas de la cultura cubana, celebraron en la sencilla instalación sus 60 años de matrimonio, con toda la familia, incluidos los nietos. “Fue en este lugar, que siempre nos acoge con tanto cariño, donde se presentaron los versos de Salvador La Gaviota. Aquí siempre nos hemos sentido muy a gusto. ”, refirió Yolanda.
En un agradable ambiente, muy cubano y alejado del protocolo, el artificio y las lentejuelas, la familia de Salvador demostró que la grandeza de lo que han dejado para su nación no ha alimentado vanidades ni los ha despojado de la naturalidad que les hace comportarse como cualquier común mortal.
Trajeron un vino casero que distribuyeron entre los tertulianos para un brindis por el Primero de Enero.
Los trabajadores de la biblioteca y el periodista y promotor cultural Carlos Castro les homenajearon con un pequeño cake que los actores picaron y compartieron con todos, incluido otro veterano matrimonio, el del combatiente Héctor Gallo y su esposa Emilia. Gallo tiene un curioso proyecto cultural en Alamar, El jardín y galería de los afectos, en el que aparecen objetos entrañables para él desde el tiempo en que fue barbero y otros de sus días como diplomático.
Salvador (“La muerte de un burócrata”, entre otras películas) y Yolanda nacieron en Santiago de Cuba, ciudad en la que comenzaron su carrera artística y a ese hecho ellos le llaman la semilla de sus vidas, la cual marcaría la participación de ambos en las transformaciones sociales que se iniciaron el Primero de Enero de 1959 con el triunfo de la Revolución.
Yolanda Pujols
“Una razón esencial nos trajo a vivir a Cojímar: el asma que padecía la niña y las recomendaciones de los médicos de que necesitaba vivir cerca del mar.
“En 1953 ó 1954 nos mudamos para Cojímar. Nos decía un médico de entonces que en La Florida había un tipo de flores cuyo polen era transportado por el aire hacia Cojímar, sitio que como tiene una loma atrás, retiene esas fragancias que son muy buenas contra el asma”.
Patricio
Cada integrante de la familia Wood Pujols deja correr sus remembranzas. Cada una de ellas, como fuerte raíz, alimenta el gran árbol de sus vidas.
“Nací en 1961, el año de los brigadistas”, recuerda Patricio. Yolanda sonríe y le interrumpe cariñosamente: “Él tomó compotas de las que cambiamos por los mercenarios de Girón”.
Al referirse a los 60 años de matrimonio de sus padres Patricio recuerda una cualidad de ambos que mucho le aportó a su propia vida.
“Como vivían en Cojímar, ellos reservaban en algún hotel del Vedado para estar puntualmente en los programas de la radio en los que tenían que trabajar en vivo. Siempre recuerdo a mi padre así, con su boina y en la vida política, su trabajo en el sindicato.
“Hay un documental, Salvador de Cojímar, que ya se ha puesto en los cines, pero aún no por la televisión, en el cual se cuenta toda la intensidad de su vida”.
Yolandita
Es mayor que Patricio, doctora en Artes y Letras, investigadora y escritora:
Por ser unos años mayor que su hermano las vivencias posteriores al Primero de Enero de 1959 están más cercanas al inicio de la Revolución.
“Vivíamos en la zona más pobre de Cojímar, que era la más cercana al mar. Mi mamá regalaba juguetes de los míos a las demás niñas cuando aún existían aquellos clubes privados para los más ricos de Cojímar.
“Recuerdo muy bien la primera vez que todos los niños de allí tuvieron juguetes. Fue el seis de enero de 1960. Mi madre y otro grupo de milicianas organizaron un censo en mi casa para saber cuántos niños vivían en Cojímar. Coordinaron una fiesta e invitaron a orquestas famosas como la de Pacho Alonso. El requisito para entrar era portar un juguete”.
Salvador Wood
“Somos santiagueros de pura cepa. Ya tengo un bisnieto del hijo mayor de Yolandita. Todos ellos están para servir a la cultura cubana y al país.
“Hace dos años hice mi penúltima película- afirma mientras sonríe- y la hice con la ayuda de los técnicos y del director, pues ya tengo poca visión”.
Salvador padece de Glaucomatosis sangrante que se le arreció hace años después de organizar un acto por el aniversario de las milicias. Él no se detuvo ante las recomendaciones que hacen los médicos a los pacientes de glaucoma acerca de la necesidad de no coger sol. Sus ideas, sus principios le impidieron cumplir el criterio médico.
Pero no deja pasar la ocasión para recordar esos momentos difíciles que ha vivido alguna vez todo padre:
“Una vez estaba en la Isla de la Juventud filmando una película. Patricio estaba pequeño y corriendo se hizo una herida con una puerta de cristal. Le dieron 36 puntos. Recuerdo que yo lo apretaba tanto en el trayecto del hotel al hospital, 18 kilómetros, que cuando llegamos tuvieron que zafármelo de los brazos”.
Y así transcurrió la peña, entre revelaciones que ningún almanaque borra y que dan cuerpo a la historia de la familia Wood Pujols, cuyo origen se asienta en Santiago de Cuba y que después buscó la cercanía del mar, esa que no abandonan jamás.
Publicado en
Periódico Trabajadores
http://www.trabajadores.cu/news/2009/12/30/salvador-wood-su-familia-y-los-destinos-junto-al-mar
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