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Cabezas protegidas

 

Cuando se recorre esta ciudad salta a la vista- junto al número significativo de teléfonos públicos por tarjetas colocados en numerosos puntos – el nuevo elemento de motociclistas con casco.

Hasta ahora solo unos pocos lo usaban, pero una nueva ley del tránsito estipuló recientemente la obligatoriedad de su uso, tanto para el chofer de la moto, como para quien lo acompaña.

 

Me parece una buena medida que evitará tantas cabezas rotas, como me contaba hace poco un renombrado neurocirujano pinareño: Iván Arenas.

“En cualquier parte del mundo cuando usted tiene un accidente por su irresponsabilidad y le ocurre algo a su cráneo, usted deberá pagar miles por una operación de neurocirugía, siempre con un alto nivel de profesionalidad, por tratarse de algo tan delicado como el cerebro.

“Sin embargo, en Cuba, como la medicina es gratis, nadie se preocupa por cuidarse su cráneo, pues si sufre una rotura con llegar al hospital basta”.

Así afirmaba el galeno un poco en broma y un poco en serio con ese lenguaje llano que le caracteriza.

Hace unos dos meses que no coincido con él. Espero llamarlo pronto, pues me imagino que ahora no sufra tanto con la irresponsabilidad de quienes muchas veces ingieren alcohol antes de partir en sus motos.

El Hospital Provincial Abel Santamaría cuenta con un  team de especialistas en neurocirugía de altísimo nivel entrenados en el hospital de Ciudad de La Habana Hermanos Ameijeiras. Uno de ellos, de tan solo 34 años, obtuvo el pasado año un premio de un club médico de Neurocirugía en Estados Unidos, aunque no pudo disfrutar de la beca por varios meses que ganó por tal motivo, pues las leyes de aquel país contra Cuba se lo impidieron.

La propia asociación médica norteamericana, en un gesto de ética científica, le tramitó disfrutar de esa beca en Canadá.

NOTA: En la dirección:

www.guerrillero.co.cu/pinardelrio/2005/marzo/cazadoresde.htm aparece una entrevista con este especialista y un reportaje acerca de una operación de cabeza con métodos y tecnología de primer mundo desarrollada en el Hospital Provincial Abel Santamaría. 
 
 
 

5 comentarios

Zenia -

HOLA AMIGOS.

Dayana: Me alegro que estés bien. Todos en casa perfectamente. Glenda estudiando muchísimo para el concurso provincial de Historia que será el 27 de enero, está alguillo estresada, pero vale la pena. Yo también lo estoy, no puedo negarlo. Mundy ha aumentado algunas libritas, quiere comenzar una dieta.
Siempre que veo los cascos recuerdo a Tony, el hermano de Alina López, estuvo 21 días entre la vida y la muerte por un accidente en su moto, también lo atendió Iván Arenas, quien lo rescató de los brazos de la muerte. Ya vi que el profe Igna visitó tu página, me alegro.
ALMENA. Anjá, hay cosas que no nos gustan, pero son muy necesarias, hay otras que nos encantan y ya sabemos...
GIANCARLO. ¡Qué buena argumentación esta desde el punto de vista de tu profesión¡. Es un buen aporte. Aquí muchas veces los trabajadores no toman muy en cuenta estas medidas.
Nicolás. ¡BIENVENIDOOOOO¡ Creo que así es como debe ser. La irresponsabilidad no es sinónimo de libertad. Un cordial abrazo.

Nicolás -

Aquí hace muchísimos años que el casco es obligatorio en carretera, y unos cuantos que es obligatorio en ciudad.

Giancarlo -

Como Ingeniero Civil recuerdo las de Caín que pasé al inicio tratando de convencer a los operarios de usar los elementos de seguridad proporcionados: cascos, lentes, guantes, botines, arneses, etc. Era una lucha de día a día que parecía nunca acabar... "No ingeniero, las botas no dejan caminar", "el casco pesa", "el arnés quita movilidad en el andamio", "los lentes no me dejan ver", y miles de excusas más.

Un buen día, unos meses después de comenzar esta "lucha", un operario se me acercó y me dijo "Ingeniero, ¿le puedo pedir un favor?, mi esposa dice que debo hablar con usted para que le pida a mi supervisor que me cambie de botas. Estas son buenas pero, como yo trabajo con electricidad, la punta de acero es mala si no tengo suela espacial aislante..."

Ese día sentí que el trabajo era bueno. La gente estaba empezando a cambiar. Ya no veían la seguridad como algo molesto, sino como algo que los ayudaba no sólo a trabajar mejor, sino también a regresar todos los días a casa sin un sólo rasguño. ¡Sus familias lo merecían!

almena -

Es una buena medida y, aunque ahora parezca una imposición incómoda, pronto reconocerán todos los motociclistas que se trata de guardar su vida.

Un beso, Zenia

Dayana Litz -

Hola Zenia:
me ha parecido muy interesante este post pues asì se puede estar cada dìa màs seguros y màs confiados en las reglas y en el cumplimiento del trànsito.
No es una cuestiòn de poder o no verlo desde una mirada solo impositiva sino màs bien con un sentido humano.
Por cierto, vi los comentarios en el post de la democracia... me han parecido todos muy interesantes y cada una de las ideas que en sì llevan totalmente rescatables para pròximos post.
besos a la niña y a mundy...claro!!! y tambièn para ti...