AMANECER DE GALLOS EN MI BARRIO PERIFÈRICO

La periferia de una ciudad tiene sus desencantos, como los tiene mi barrio en estos días, mordido por la falta de agua ante las roturas sistemàticas de las viejas conductoras del lìquido, que datan de los años 40.

Se han hecho inversiones en motores para las fuentes de abasto, pero como son tan potentes, al instalarlos la presión del líquido rompe aquì y rompe allà, y los vecinos rompen las calles aquì y las rompen allá.

Es el problema más acuciante que tiene hoy la ciudad de Pinar del Río. Cada familia busca sus alternativas, pues las pipas son pocas y no dan abasto. Las gentes van directamente a acueducto a buscar agua, en carros de caballo, bicicletas, màquinas alquiladas, en lo que aparezca.

A pesar de todo ello este domingo en muchos barrios se chapearon las malas yerbas, se embellecieron jardines y se pintaron contenes y aceras, como en el mío.

La solidaridad entre vecinos, no es solo un spot reiterativo en la televisión, un buen número de cubanos la siguen practicando, aunque un segmento no despreciable olvida al de al lado y sustenta el eslogan de ciertas tiendas recaudadoras de pesos convertibles: Lo mío primero.

Recordaba un artículo escrito por el ensayista cubano Ubieta en el que afirmaba que dar botella, un aventón, era un acto de carácter socialista para su conciencia individual.

Coincido con él, aliviarle la carga a otros siempre resultarà un buen modo de altruismo.

FOTO: Centro de la ciudad