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UN NEGRO AMARILLO EN LA GUERRILLA DEL CHE...CHE POETA

UN NEGRO AMARILLO EN LA GUERRILLA DEL CHE...CHE POETA Por Zenia Regalado /

Participó en la guerrilla del Che en el Congo, pero aún Arsenio Fuentes González (Pepe) no ha interiorizado que fue un héroe.

Asume la vida de una forma casi silvestre a 13 kilómetros de La Palma, en un lugar que se llama Tortugas, sitio al que por poco no podemos llegar después de las fuertes lluvias que aquella tarde convirtieron el camino en un lodazal rojizo sobre el cual el jeep del periódico danzaba amenazando con volcarse.

Bajo el agua preguntamos por él en la bodega. "Ahora mismo salió de aquí para su casa. Fue a soltar el caballo", nos dijeron.

Y comenzó el susto por aquel camino que se precipitaba en toda suerte de lagunas. Mirábamos al cielo con la esperanza de que dejara de llover, pero nada, las nubes dejaban caer su carga acumulada durante días.

Al fin llegamos a la humildísima casita de madera y guano. Pepe salió echando humo con su tabaco y un sombrero en la mano. Después de las presentaciones preguntó con aire de misterio al compañero de la Asociación de Combatientes: ¿Puedo hablar?

"Sí, desde luego, de todas estas cosas se han publicado libros. Ellos vienen a saber de tus experiencias en la guerrilla porque se enteraron que eres un "palo periodístico", que nadie te ha entrevistado", le dijo el funcionario.

"Bueno, si usted lo dice..."

Se sentó en un viejo sillón de madera y se dispuso a contestar nuestras preguntas.

. ¿Cómo entró usted a la guerrilla del Che?

"Aquí en Tortugas se hicieron las captaciones pa´ la Asociación de Jóvenes Rebeldes. Vinieron un buen día a la bodega y hablaron y yo me incorporé.

"Hicieron una columna con nosotros y estuvimos movilizados aquí en Pinar y en Minas del Frío. Después estuve en la lucha contra bandidos y en La Mulata, en la captura de aquel alzao´ que se llamaba Cara Linda.

"Estaba movilizado en el campamento de Managua, en La Habana, y el teniente seleccionó los mejores soldados de su unidad. Éramos cuatro negros prietos, yo era uno de los más amarillos y eso no estaba a mi favor.

"Después Fidel en las lomas de Soroa dijo: ‘pero yo mandé a buscar negros prietos y éste es amarillo’.

"Pasamos una escuela para hablar lengua congo. Todos éramos negros. Los únicos blancos eran el Che y el médico.

"Estuvimos como cuatro meses entrenando en las lomas de Soroa, dimos tremendas caminatas. Fidel fue un día a ver cómo estaba la cosa, y cuando le explicaron cómo nos preparábamos en aquellas largas jornadas exclamó : ‘el que quede después de esto queda loco’. Más tarde fuimos para Minas del Frío.

"El Comandante explicó todo: ‘No se sabe si alguno de ustedes regrese, puede que ninguno lo haga porque es una misión muy riesgosa. Piénsenlo bien’’’, nos dijo.

" Con 22 ó 23 años lo pensé porque tenía una noviecita, pero me decidí y partí. Caí en un grupo de ocho del que yo era el jefe porque era sargento cuando aquello. Un buen día llegó un compañero que nos llevó a arrreglarnos los dientes, y nos volvió a decir: ‘ustedes no van a virar’.

"Partimos como estudiantes, con traje y sombrero de paño. Estábamos muy elegantes. Un capitán me dijo que yo volaría de Cuba a la ex Unión Soviética, después al Cairo y de allí a Tanzania. Otros se fueron en barco.

"Al llegar a Tanzania nos vestimos de verde olivo y nos dieron cien dólares a cada uno y Víctor Dreke nos dijo que el Che ya estaba en el Congo, allí nos esperaba junto a Kabila que era el jefe de los congoleses.

"El Che nos pidió que le diéramos una muda de ropa a los congoleses y nos quedamos con la que llevábamos puesta. Días después nos enviaron otra".

- ¿Usted participó en combates?

"En varios, entre ellos el de Katenga, en el que nos mataron a varios compañeros.

"El Che nos daba clases de lucha guerrillera y nos decía que en el combate no nos podíamos apurar, que la calma era fundamental. Nos habían matado al teniente Ballester y al capitán Binajera".

· ¿No sentía miedo?

"No, no tenía miedo a morirme. Cuando empezaba el tiroteo me decía: hay que fajarse, me jodí y pal´carajo. El Che estaba loco por ser el primero en tirar, pero la escolta no lo dejaba, él tenía que cuidarse, era el cerebro.

· ¿Cómo era la vida en aquella selva?

"Dormíamos en hamacas en los palos evitando a las serpientes. También usábamos botas altas. Una vez me pasó una muy cerca y mordió a un cabo al que hubo que traer para Cuba porque se puso muy enfermo, parecía un monstruo.

· ¿Y el Che?

"Pedía disciplina, pero era muy humano. Una vez me cogió a mí y a otro de Camagüey que lo vigilábamos cuando él botaba un cabo. Nos llamó, cogió un tabaco y lo partió en dos. Todos recibíamos tres tabacos, pero él los ahorraba más que nadie, los apagaba y los enganchaba en los palos.

"Una vez vimos un elefante y le dieron 20 tiros de fusil; no tiré ninguno, pero sí comí. Había dos cocineros cubanos y dos del Congo, y estos últimos le echaron al Che tres pedazos y dos a Kabila.¡Cómo se puso de bravo por aquella diferencia!, y no quiso la carne de más.

"Cuando le daba el asma se echaba hasta cinco días así, por eso andaba con su chupetica. Allá, que yo sepa, le dio unas cuatro veces, y había que rodear la cueva porque se quedaba como muerto.

· ¿Se arrepiente de haber ido a aquella misión que encontró en el Congo diferencias tribales y falta de formación ideológica?

"No me arrepiento de nada, fue una misión junto al Che que cumplí con mucho orgullo y si tuviera que ir a otra en los tiempos actuales, también lo haría. Vi lo mal que vivían allí las gentes. Las jovencitas se ponían sayas con hojitas de yuca, las ensartaban con hilo y les duraban tres días y cuando se secaban se les caían.

"Una vez el Che nos dijo: ustedes ven a esas mujeres que andan sin ropa a la vista de todos, cuidado con ellas porque el prestigio de Cuba nada lo puede manchar", recuerda mientras sus ojos se pierden en un punto indefinido.

En el aniversario 35 del regreso de aquellos combatientes que cumplieron misión en el Congo, Raúl y Harry Villegas se reunieron con ellos, pero a Arsenio ( el negro amarillo) no pudieron localizarlo a tiempo, pero los dos luchadores le enviaron el libro "Pasajes de la guerra revolucionaria. Diario del Che en el Congo", título que se encuentra también en la biblioteca provincial Ramón González Coro.

La dedicatoria del libro de Arsenio dice: "Ustedes con su participación con el Che en El Congo Leopoldville e integrando el batallón Patricio Lumumba fueron pioneros en esta grandiosa gesta que expresó desprendimiento y espíritu de solidaridad y un alto sentimiento de identificación con las grandes masas oprimidas del mundo".

Este batallón de revolucionarios llegó al Congo después del asesinato del presidente Lumumba, para ayudar a Kabila y a otros dirigentes del movimiento de liberación africana que combatían al dictador impuesto por las potencias coloniales.

"El presidente de Tanzania - recuerda Arsenio- cuando se decidió que regresaríamos a Cuba, nos envió dos lanchas para salir en el primer tramo de allá. El Che se paró en la popa de una lancha, yo venía en la otra, y nos dijo: Me despido porque no puedo ir con ustedes, quizás nos veamos en otra lucha. Y no lo volví a ver jamás".

· ¿ Se acuerda de la noticia de su muerte?

"!Como no, me dio mucha tristeza. Me habían puesto como nombre congo Karatase y siempre me acuerdo de su voz cuando me llamaba ¡Karatase!, ¡ Karatase!...

NOTA. Este trabajo fue publicado hace varios años. A Arsenio, el testimoniante le hicieron una nueva casa en un lugar menos intrincado

EL CHE POETA EN EL BLOG:

http://www.litteracuba.blogspot.com/

4 comentarios

supra footwear -

We must treasure each opportunity which sets out to the goal, sprinkling our industrious sweat on the path of victory.

Zenia (Para Joan) -

Joan. No pudimos rescatar la foto que le tomò Daniel Mitjans, el fotògrafo de nuestro equipo, a Arsenio.
Una foto de èl junto al Che y los demàs combatientes sì aparece en un libro publicado hace pocos años con pròlogo de Aleida, la que fue su esposa.

Zenia -

Gracias Joan. El Che es el reflejo de las utopias,de los sueños de mejorar la vida de los desposeidos, por ello sigue cabalgando con su adarga al brazo en las calles del mundo.
Anoche vi por segunda vez el documental San Ernesto de la Higuera, de la actriz cubana Isabel Santos.
En el lugar donde fue asesinado loveneran como un santo, le hacen ofrendas, le piden mejoras.
Es impresionante.
Queria comentarte que hace dias que no puedo dejarte comentarios pues blogger no me abre la opcion en tu blog, aunque paso y leo, pero no puedo dejarte ninguna nota.
Hasta pronto

Joan Guerrero -

Excelente recopilación de entrevista que haces. Un punto de vista diferente de la lucha socialista emprendida por el Ché y sus seguidores por bastante tiempo.