ANTECEDENTE DE LA CIA ESPIABA A JOSÈ MARTÌ
ESPIONAJE DE ESTADOS UNIDOS DESDE CUANDO MARTI
Existen algunas consideraciones acerca del espionaje de que fue objeto José Martí, el Héroe Nacional de Cuba, en Estados Unidos, apenas llegó desterrado a ese país en enero de 1880.
La investigadora Nydia Sarabia ha escrito varios artículos relacionados con este tema que demuestra còmo desde Estados Unidos se boicoteó la causa independentista cubana.
Lo que más llama la atención es que no solo Martí fue espiado, sino también otros muchos de los patriotas cubanos en la emigración sufrieron esta clase de vigilancia.
Néstor Ponce de León en su diario "Noticias confidenciales, Nueva York, 1870", y que en 1985 publicó la Editora Política de Cuba bajo el epígrafe "Noticias confidenciales sobre Cuba 1870-1895", revela cómo ya la agencia Pinkerton se valía del espionaje contra los patriotas durante la Guerra de los Diez Años (1868-1878).
Esto significa un nuevo aporte a la historiografía cubana y prueba de manera fehaciente la penetración de espías al servicio de la España colonial en las expediciones que organizaban los emigrados cubanos desde Nueva York hasta Cayo Hueso.
La agencia Pinkerton está considerada por los estudiosos como una especie de Gestapo alemana.
Enormes cantidades de dinero gastaba la Legación de España en Washington con la Pinkerton para ese trabajo, con el fin de desactivar cualesquiera de los intentos de compra de pertrechos de guerra, arrendamientos de barcos, e infiltrar agentes en la marinería para hacerse pasar por patriotas o simpatizantes de la causa cubana.
No cabe dudas de que Martí estuvo consciente de que era vigilado, a veces con tenacidad por parte de espías, detectives, agentes, delatores que eran sobornados mediante el pago de grandes sumas de dinero para conocer el paradero del líder de los cubanos.
El investigador francés Paul Estrade descubrió en el Archivo Histórico Nacional de Madrid documentos reveladores sobre este tema, y afirma: "A partir del 6 de abril de 1880, entran, pues, al servicio de España, contra los patriotas cubanos desterrados, dos agencias: la Davie's Detective Agency y la Pinkerton Detective Agency."
Esto nos revela y confirma lo que anotaba Ponce de León en su diario, y es que Henry W. Davis era en aquel entonces el Superintendente de la Pinkerton y se supone que por problemas de ganancias se separó de los Pinkerton, y así lo vemos espiando a Martí apenas este llegó a Estados Unidos.
Los hombres de Pinkerton conocían al dedillo el trajín de los marinos y el bullicio del puerto de Nueva York y de toda la costa del Atlántico hasta la Florida. Poseían la técnica y la audacia de saber introducir agentes en las filas de los patriotas cubanos y hasta sobornar a cualquier con el propósito de obtener informes y affidavits, declaraciones o disposiciones juradas. Poseían listas de barcos y sus agentes, dueños y arrendatarios. El lema de la agencia era "We never sleep". No perdían de vista, ni de día ni de noche, a los emigrados cubanos.
En abril de 1880 el operativo J. P., de la Pinkerton, cobraría los gastos de vigilancia sobre José Martí, a quien le seguirían otros agentes con las iniciales C.D.B., E.S, D.S, C.K.E. N.A.P. Sin embargo, como bien señala Estrade, el espía que logró a penetrar más en la vida de Martí fue E.S. Este espía, disfrazado de joven estudiante, llegó a convivir con Martí en la casa de huéspedes de la familia Mantilla, en 51 East 29th Street, Nueva York.
El E.S. convivió durante tres meses y medio en el boarding de Carmen Miyares de Mantilla, con el objetivo de ganarse la confianza y amistad del revolucionario cubano y de su esposa, así como de los dueños de la casa. Martí era presidente interino del Comité Revolucionario de Nueva York.
Después del fracaso de la Guerra Chiquita (1880), los espías de Pinkerton como J.P. tenían la misión de seguir a Martí a todas partes: en las calles, tiendas, y muy especialmente cuando iba al restaurante Delmónico con algunos de sus amigos.
Otro despacho del Cónsul español en Nueva York, el 14 de julio de 1883, evidenciaba el espionaje a que era sometido José Martí en territorio de Estados Unidos. Habla el despacho de "una reunión el domingo por la tarde en la que hablarán José Martí y otros oradores cubanos".
En otro reservado al Gobierno General de la Isla de Cuba, fechado el 25 de octubre de 1883, se informaba sobre la presencia de Fermín Valdés Dominguez. Decía: "compañero de Martí y autor del folleto "Los Estudiantes". Lo firmaba X y rubricaba M. Cruz de la Quintana.
De 1884 a 1887 Martí, sin abandonar su quehacer revolucionario, se dedicó también a su obra creadora como periodista, poeta y dramaturgo. Llama la atención cómo Martí, cuando escribía para el periódico La Nación, de Buenos Aires, en una de sus crónicas sobre las violentas huelgas de los obreros del carbón señalaba:
"La compañía se negó a tratar con ellos; y so pretexto, o con razón, de tener de ellos violencias, alquiló a unos gañanes que tiene aquí adiestrados para esos oficios una agencia famosa de espías, la agencia Pinkerton."
En otra crónica a La Nación, Martí, al escribir sobre las huelgas del carbón y la muerte de un policía, afirmaba:
"Señor, dice un obrero, ¿condenarán a siete anarquistas a morir porque un anarquista lanzó una bomba contra la policía, cuando los tribunales no han querido condenar a la policía de Pinkerton, porque uno de los soldados mató sin provocación de un tiro a un niño obrero?".
En 1891 Martí no solo era una recia personalidad en el campo de las letras de América hispana, sino también lo era en la diplomacia. Desempeñaba los cargos de Cónsul de las repúblicas de Argentina, Panamá y Uruguay. Y llegó el momento de ir a Washington, a la Conferencia Monetaria Internacional Americana, que se celebraría en dicha capital.
Él iría como representante por Uruguay. Hay que señalar que Martí no pudo asistir a la primera sesión, sino a la segunda del 4 de febrero, que quedó inaugurada el 7 de enero de 1891. ¿Qué motivó esa ausencia? Sin duda alguna la inquietud de los diplomáticos españoles acreditados en Washington, quienes comenzaron a mover sus resortes para impedir que el gran cubano y americano estuviera presente..
Después del fracaso de la expedición de la Fernandina. Martí vivió prácticamente escondido en Nueva York, en casas amigas. De una de esas casas, de la del doctor Miranda, partiría hacia Santo Domingo el 31 de enero de 1895.
BIBLIOGRAFÌA
Nydia Sarabia
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