¿ Y DESPUÈS DEL SEXO QUÉ?
En reiterados contextos hemos escuchado dos conceptos relacionados con la educación sexual en Cuba, que por momentos parecen contraponerse: unos aseveran que hay demasiado instrumentalismo en los mensajes que se centran más en la protección, que en aspectos relacionados con la espiritualidad; y otros afirman que la insistencia en la protección es una necesidad de los tiempos de hoy.
Existen psicólogos que reconocen que la sociedad motiva cada vez más a las relaciones sexuales tempranas, pues una avalancha de video clips, pelìculas, seriales, programas de TV hacen de esto una recurrencia permanente, y si a ello se suma la presiòn del grupo, sobre todo en la adolescencia, se llegará a la conclusión de que es muy difícil no sentirse tentado a esta moda.
No importa que quienes somos madres y padres conversemos una y otra vez acerca de lo importante que es el primer amor y la primera experiencia sexual, para que queden en las vidas como momentos hermosos, dignos de recordar y que no sean impulsados por el embullo o por la búsqueda de una falsa popularidad, que a veces es más necesidad de reafirmación y de sobresalir como un escape ante otras carencias.
Generalmente entre el choque de los conceptos de la familia y los del grupo, éste segundo se lleva la victoria por aquello de la supremacía que tiene la comunicación entre iguales.
Es loable que asignaturas como la Biologìa, en el preuniversitario, introduzcan conceptos – lo están haciendo- como maternidad y paternidad consciente, sobre todo en una sociedad que deja a la mujer la responsabilidad de ocuparse y estar alertas ante un asunto tan serio y responsable como el acto de tener un hijo: como si la procreación pudiera hacerse con la presencia de una sola persona.
Las relaciones sexuales deben ser vistas más allá de lo que son en primera instancia: una necesidad biológica y un momento de placer. Por ese rumbo nos quedamos en el nivel primario de los instintos, sin valorar consecuencias, preparación previa y la verdadera demanda del espíritu unido al deseo, cuya conjunción va mas allá del hedonismo.
Estos necesarios abordajes desde nuevas visiones favorecerán una menor recurrencia al aborto, del que se abusa muchas veces al ser empleado como un método anticonceptivo, cuando no lo es, pues existen suficientes vías para prevenirlo: el condón entre ellas, muy rechazado por la población masculina.
La sexualidad humana tiene tres funciones: La erótica, la reproductiva y la vinculativa o comunicativa. La primera es la más antigua desde el punto de vista filogenético, y tambièn la tienen los demás animales. Debemos demostrar que somos superiores a ellos cultivando màs la vinculativa y la comunicativa.
Ilustraciòn: Blog Carolonline
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