LA CAJA DE HACER BOBOS
Hace pocos días en una tertulia literaria alguien recordó que a la televisión la llaman la caja de hacer bobos: “sales tres días y ya todo el mundo te cita como fuente”, acotaba.
Tengo buenos amigos que trabajan en la televisión, excelentes profesionales, y por lo que me comentan, sé que no es nada fácil colocarse frente a una cámara con esas luces encima que sacan de quicio a la más serena de las almas.
Es cierto que su alcance es tal que posibilita saltar de la popularidad a la fama “en menos de lo que canta un gallo”, peligro al que aluden las primeras líneas. Mucho se ha hablado recientemente acerca de la calidad de este medio en Cuba, de la necesidad de mejores guiones para abordar de manera más convincente variados temas; pero hay programas, como Otros tiempos, de la camerata Romeu, que demuestran cuánto se puede hacer en un espacio televisivo a partir de la profesionalidad del guionista y la conductora.
Las más variadas corrientes y tendencias de la música en Cuba, desde las más raigales – como el punto cubano- , hasta las más modernas y con aires de otras influencias, como el rap y el rock, han sido abordadas en dicho espacio televisivo, y no de una manera folclórica o superficial, al estilo de un montaje para turistas; sino con el rigor y la búsqueda en sus orígenes de cada manifestación.
No es el único programa televisivo de calidad, para ser justos; pero ocurre que una población cada vez con mayor nivel de instrucción, que sabe cuando un actor recita un texto, o cuando un guión se queda en las ramas sin profundizar en la psicología de los personajes, esa población tiene nuevas necesidades que precisan salir de estereotipos homogenizadores, inspirados muchas veces en los gustos de amas de casa, debido a la sacrosanta división entre oyentes, televidentes y lectores, así como a estudios sobre sus gustos y preferencias.
“Quien lee a Borges no ve televisión”. En Cuba este estereotipo no se cumple al pie de la letra, teniendo en cuenta que una gran mayoría la emplea como el principal medio de entretenimiento.
“Nos quejamos de la nuestra; pero muchos en el exterior dicen que no es tan mala, por ahí hay unos shows enajenantes hechos para segregar adrenalina y narcotizar neuronas, de lo cual nos salvamos”, comentaba un periodista que hasta hace poco trabajaba en la prensa escrita y ahora ha pasado a la televisión, en la cual es mejor remunerado.
Ya que de televisión tratamos, ayer nos asombraba una información acerca de un video en un programa televisivo para niños norteamericanos menores de cinco años, en el que mediante mascotas se introducen fuertes diálogos acerca de padres con piernas amputadas y otras secuelas debido a la invasión a Irak.
El asunto ha sido polémico. Quienes concibieron la idea argumentan que se trata de una realidad a la que se enfrentan los norteamericanos y que deja toda una secuela de estrés post traumático en cuyos senderos hay que ir guiando a los niños, dicen ellos.
Si nos atenemos a la fantasía, a la ingenuidad que deben caracterizar las primeras edades de la vida, lo menos que podemos es desear otro panorama para los seres más indefensos del mundo, al final son los más perjudicados por guerras iniciadas debido a la avaricia hegemónica de ciertos gobernantes. Parece que a Bush no le gustaba la Caperucita.
Es sin dudas la televisión una caja, por la cual no siempre asoma la magia, sino que es el reflejo de los seres humanos.
6 comentarios
Zenia -
leninito -
omar -
Las clases dominantes saben usarla a la perfeccion para estupidizar a los pueblos
Un beso desde el sur del continente
Zenia -
Astrolabio Zum -
http://bitacoras.com/noticias/archivos/blogueando-a-cuba-primer-encuentro-de-bloggers-cubanos.php
Astrolabio Zum -