MI TESIS DE GRADO:PERIODISMO

Dago, un antiguo compañero de trabajo de mi padre, me ha hecho saborear agradables recuerdos, al preguntarme por él cuando coincidimos en una esquina de la ciudad, más animada a partir de la remodelación de varios centros gastronómicos.

-“Está bien, con achaques propios de sus 80 años; pero activo como siempre, jugando dominó con los vecinos y haciendo café en horas bien tempranas de la mañana”, le dije.

-“Recuerdo, agregó él, cuánto se esforzó en tu tesis de licenciatura en Periodismo, buscando quien te la tecleara, hasta que apareció Justo Martínez, el pintor de tu barrio, músico, poeta y loco”…

Asentí con la cabeza, y mi infancia regresó a mí como un soplo de brisa fresca. Recuerdo el entusiasmo de mis vecinos al saber la linda carrera que estudiaría aquella hija de obreros agrícolas que no quería pedirla en el preuniversitario porque no era hija de intelectuales y le asustaba el nombre de Universidad de La Habana, por suerte, aquel profesor de Biología, Moreno se llamaba, me animó diciéndome:” Hay que creer en la justicia”. Y fue como él anticipó.

Hoy desando el tiempo a la luz de un congreso en que el gremio periodístico hizo objetivos análisis que nos han dejado el sabor de la satisfacción a quienes lo seguimos por  televisión y hoy hemos comentado sobre él al encontrarnos en la oficina.

Se habló en él de la subvaloración que algunos dan a una carrera muy codiciada por los estudiantes que finalizan el preuniversitario, y que se obtiene por puntos.

Sobre las fuentes de información que en ocasiones dejan vacíos acerca de hechos de interés; sobre el derecho a equivocarse, aunque nadie desea hacerlo, de todo eso y más debatieron los periodistas de una manera franca y directa, convencidos de que esa es la mejor vía para solucionar las insatisfacciones de lectores, oyentes y televidentes en una nación con un pueblo instruido e inteligente.

Se trata de un modo de hacer periodismo que nada tiene que ver con el sensacionalismo ni la crónica roja; y que a 90 millas del gobierno más guerrerista del mundo defiende postulados como la justicia social, y que está obligado al abordaje de temas difíciles que promuevan rescate de valores propios del humanismo de nuestro sistema.  

De la agenda informativa, y de la necesaria cultura económica de la población, a partir de los medios, en un país pobre que necesita conocer de dónde salen los recursos, también trató el congreso.

Todo ello sin obviar cómo se organiza contra el mundo el silencio cómplice en Estados Unidos, el llamado país de la libertad: http://www.cubaperiodistas.cu/columnistas/julio_martinez/07.htm nación que cada vez se aleja más de aquel modelo de periodismo investigativo practicado en lejanas décadas.

Fue el VIII Congreso un alto en el camino para repensar nuestra práctica profesional. Sobre esos avatares puede leerse en:  http://www.cubaperiodistas.cu/columnistas/tubal_paez/08.htm