Día de las madres
A la antigua Grecia se remontan las primeras referencias de tributo a Rhea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.
Pasaron millones de lunas y primaveras hasta que tuvo lugar, en 1910, la primera celebración oficial – en varios estados de la unión- del segundo domingo de mayo con el nombre de Día de la madre, lo cual fue propuesto por la norteamericana Ana Jarvis desde 1905, aunque no fue hasta 1914 en que fue declarada fiesta nacional por el congreso de los Estados Unidos.
Decenas de países incorporaron después la tradición, que hoy en día es bien aprovechada desde el punto de vista comercial para incentivar el deseo de consumir y comprar, claro, en aquellos ciudadanos de la aldea global que no pertenezcan a las periferias o a las márgenes de ese río excluible que es el mercado.
Los buscadores adornarán sus sitios con bellas flores y postales alegóricas a la fecha, publicarán cómo madres famosas reciben espléndidos regalos que cuestan miles de dólares, y amplificado así podría parecer que la tierra es un bello y gran edén.
La realidad es otra. UNICEF reporta que 25% de todos los niños en los países en vías de desarrollo viven en una miserable pobreza, y millones de ellos realizan trabajo esclavo, no van a la escuela, pues tienen que buscar el sustento de su familia a cómo de lugar, sin excluir las más deplorables prácticas.
Más de 115 millones de niños de edad escolar no atienden escuelas, y miles de ellos viven en zonas bajo conflictos armados, los palestinos entre ellos.
Las madres de los que sufren no comprarán regalos caros. No habrá manjares en sus mesas.
En Cuba este domingo se vivirá en muchos hogares bajo el signo de la sencillez y la austeridad, pero no faltará una postal para las madres que esperan. Cualquier niño o joven podrá escribir unas bellas y sinceras palabras para demostrarle a la autora de sus días que no se ha olvidado de ella.
Muchos la acompañarán con algún gladiolo o rosa a la venta en los puestos de flores y en los organopónicos.
Sin embargo, la isla no sufre estos datos:
La Convención de Las Peores Maneras de Trabajo Infantil (adoptada en 1989), y por el Protocolo Opcional de la Convención sobre los Derechos del Niño declara, “niños tienen el derecho a ser protegidos de explotación económica y de realizar cualquier trabajo que puede ser peligroso o interfiera con su educación, o ser perjudicial al desarrollo de su salud física, mental, espiritual, moral o social”
Trabajos que exponen a niños a abuso físico, emocional o sexual: Trabajo bajo el suelo, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios confinados.
Trabajo con maquinaria peligrosa, herramientas o equipos, o aquel que envuelve trabajo manual o transportación de cargas pesadas.
Trabajo en un ambiente insalubre el cual puede, por ejemplo, exponer a los niños a substancias peligrosas, agentes, o procesos, o a temperaturas, niveles de ruido o vibraciones dañinas para su salud.
Trabajo bajo condiciones particularmente difíciles tales como trabajo por largas horas o durante la noche o trabajo que no permite la posibilidad de regresar a su hogar cada día.
Datos de UNICEF dan cuenta de que más de 250 millones de niños entre 5 y
14 años trabajan por sueldos miserables en el tercer mundo.
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