A la rueda rueda en Copenhague
Los titulares indican que el presidente Obama intentará darle un placebo al guirigay en Copenhague donde el estira y el encoge, el juego de las palabras, documentos y tecnicismos llega al último día de la cumbre casi sin nada, y de seguro el acuerdo secreto que se rumora será más de lo mismo ocurrido hace años en la ciudad japonesa de Kioto, pues los grandes no quieren soltar el pastel y no desean para nada que mejoren los que poseen la parte flaca.
Si algo saldrá de Copenhague es la ratificación de la ley del embudo. Los países en vías de desarrollo cargarán las consecuencias de los excesos de consumismo. El hambre, palabra que se cita poco en los titulares sobre la Cumbre de Cambio Climático, seguirá campeando por su respeto como bien denunciaron los países representantes de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), una vía de cooperación entre países, que como bien anuncia su primera palabra, es un sendero ante el férreo monopolio de las grandes potencias a las que parece demasiado cualquier aporte para mejorar el clima sin embargo, no paran mientes ante la carrera armamentista.
Algo se saca en concreto de la cumbre de Cambio Climático, y es la engañosa manera de proyectarse en el mundo que tiene el capitalismo al anunciar deseos de mejora de vida y progreso para la humanidad y en la práctica demostrar todo lo contrario.
Bastarían unos datos de muestra.
A pesar de la crisis económica y del gasto militar sin precedentes, los neoconservadores de Estados Unidos presionan al Congreso legislativo para que eleve el presupuesto de las fuerzas armadas.
Los representantes de esta corriente política derechista exigen al Congreso y al presidente Barack Obama impulsar el gasto militar el año próximo, incluso más allá de las proyecciones que había formulado el gobierno de su antecesor, George W. Bush (2001-2009).
También promueven destinar al gasto en defensa decenas de miles de millones de dólares del paquete de estímulo económico de casi un billón de dólares, cuya aprobación legislativa para mediados de mes promueve Obama.
Eso es el capitalismo: voracidad con el medio ambiente de un lado y promoción del gasto militar del otro. Sin las guerras el sistema no es nada. Si ellas no existieran habría que inventarlas, y ya lo han hecho más de una vez al agitar sus fantasmas contra el terrorismo y otras yerbas.
El placebo de esa maquinaria ya está dando vueltas en Copenhague para continuar moliendo las vidas de los más pobres.
La historia de la humanidad es la historia de las guerras de conquista. Lo de Copenhague es una batalla por mantener el cetro en manos de los vencedores. Bases aquí, tropas allá y porra, mucha porra contra los manifestantes que en la ciudad danesa protestaron contra ese estado de cosas demostrando un pensamiento verdaderamente progresista.
A lo interno, cada país, también el nuestro, deberá ajustar sus políticas al impacto del cambio climático.
Anoche la doctora Gisela Alonso, representante del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, se refirió al tema y a la manera en que se investiga cómo prevenir inundaciones costeras en Isla de la Juventud y otras zonas del país.
El desarrollo de la agricultura urbana y de los cultivos semiprotegidos es otra estrategia que se refuerza con vistas a la seguridad alimentaria. Sembrar, sembrar, bosques y cultivos.
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