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  El Ocaso
 
Glen Close estuvo magistral en su papel de una madre que asiste a su hijo enfermo con el VIH SIDA en el filme El ocaso. Ayer primero de diciembre, Día Mundial de lucha contra el SIDA nuestra televisión proyectó esta película, breve, pero desgarradora, con una fotografía en tonos ocres que bien habla de la depresión psicológica que atraviesa el joven enfermo.
Es además un monumento en contra del rechazo y la incomprensión que sufren los aquejados por dicha enfermedad, incluso hasta por su propia familia que nunca hizo nada por conocer la vida de su hijo homosexual.
El hijo, alejado de la familia por los prejuicios sociales, regresó al hogar a morir. Su progenitora lo atiende como si fuera aquel niño que ya dejó de serlo, Le canta las mismas canciones que cuando tenía cuatro años, lo mima, lo arrulla, contempla el ocaso con él y la caída de las hojas.
No lo abandona ni un solo minuto y le entrega toda la ternura que le dio en la infancia hasta que el joven muere tranquilamente en una charla con su madre.
Esta película me recordó un testimonio que escribí hace dos años después de entrevistar a una pareja seropositiva que decidió tener un hijo a pesar de ello.
Los especialistas que la atendían me explicaron entonces que si una mujer recibe en tiempo y forma los medicamentos contra la enfermedad durante el embarazo hay un 80 por ciento de posibilidad de que el niño no nazca enfermo, y ella tiene el derecho a elegir si quiere ser madre o no. Desde luego, primero se le explican todas las probabilidades que tiene.
Su hijo nació sano y les hicieron una casita para que vivieran allí los tres. Antes tuvieron que afrontar muchos prejuicios por parte de ambas familias y del entorno social.
En el pueblito de ella, San Diego de los Baños, ella fue el primer caso de enfermedad del VIH SIDA y ello provocó una reacción desfavorable, las personas no se le acercaban.
Todo eso lo relaté en aquel testimonio, con el cual me sentí complacida, pues creo que fue una manera de que las personas entendieran las desgarraduras que deja una enfermedad de este tipo si se rechaza y excluye a quien tiene la desgracia de padecerla.
El panorama ha cambiado bastante desde entonces. Hay mucha más conciencia acerca de este tema. Los medios de comunicación difunden programas, cuentos y otros dramatizados en los que se aborda el asunto de una manera muy profesional.
Ayer mismo , organizado por el Centro Provincial de Prevención de ITS y SIDA, se inició en uno de los cines de esta ciudad un ciclo de películas con esta temática, en la que también se incluye a la homosexualidad. Varias películas de Almodóvar se encuentran entres las que se proyectarán.
En Cuba todos los enfermos de SIDA reciben los medicamentos requeridos de forma gratuita; pero aún hay que trabajar con ciertos prejuicios sociales.
El país tiene una bajísima incidencia de la enfermedad, mucho más si se tiene en cuenta que está ubicado en la segunda área –El Caribe- que ha sido más impactada por la pandemia.
Pero ello no quiere decir que las autoridades sanitarias y de prevención no acometan acciones al respecto.
Específicamente Pinar del Río, es la cuarta provincia del país, con mayor número de casos seropositivos – alrededor de 200- desde que se inició en los 80 la enfermedad. Este año que concluye el número de nuevos diagnosticados es de 19, y la mayoría son hombres que tienen sexo con otros hombres, razón por la cual la campaña de prevención ha entrenado para esas funciones a hombres que están en ese grupo, siguiendo el principio comunicológico de que los mensajes entre iguales siempre tienen mayor efecto.
La psicóloga Marielys Pino Páez, al frente del Centro Provincial de Prevención  explicaba recientemente que aunque la enfermedad en este territorio tiene una mayor incidencia en hombres que tienen sexo con hombres, no se deja fuera a las mujeres en los mensajes y en las acciones preventivas, pues un número significativo de esos hombres mantienen también relaciones con mujeres.
Como que el número de casos es tan pequeño aún no existe una clara percepción del riesgo, y a pesar de la insistencia en el uso del condón- se venden hasta en zonas de montaña- muchos hombres no lo usan por viejos mitos sexuales.
 
 
 
 
 
   
 
 

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