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  INFLUENCIA AFRO
¿Sabía usted que por las venas del tango también corre África?

El tráfico de esclavos en el periodo colonial americano produjo una influencia decisiva en las músicas americanas.

Tanto el tango, el jazz, la habanera, el blues, el candomble, el frebo bahiano, son herederos de las diferentes músicas africanas. La influencia del sur estadounidense como la cubana y jamaicana es común. Tanto la habanera, el jazz y el blues tienen un mismo origen afroamericano.

En Brasil, tanto en la región carioca como en la bahiana la influencia de los negros es central en el registro rítmico y en las secuencias rítmicas. En el Río de la Plata el candembe uruguayo es hijo directo de las músicas negras, mientras que el tango argentino recibe sus influencias negras a través de la habanera y la milonga.

 El nombre de "tango" identifica un vocablo de origen africano que significa reunión o conjunto de personas.

CUBA Y SU CADENCIA

Fernando Ortiz es una de las grandes figuras de la investigación en el campo de la etnomusicología en Cuba, autor de conceptos actualmente tan extendidos en todo el mundo como el de “transculturación”. Este fragmento pertenece al primer capítulo del libro La música afrocubana, en el que se analizan los orígenes y peculiaridades del folclore de la isla.
Fragmento de La música afrocubana.
De Fernando Ortiz.
No se podrá achacar a petulancia patriótica si un escritor cubano dice que la popular música bailable de Cuba ha tenido desde hace siglos una gran resonancia, así en el Nuevo Mundo como en el Viejo, pues tal hecho es innegable. Cuba tiene una musicalidad nacional genuina y de cosmopolitas valores.
 
Dos son las cosas típicas de Cuba que ésta ha dado al mundo y han sido recibidas con universal beneplácito; y ninguna de ellas se debe sólo a los blancos, habiendo nacido ambas del abrazo cruzador de distintas culturas: el tabaco y la música.
 En Cuba fue descubierto el “tabaco”, en noviembre del año 1492, en esa misma forma de “cigarro torcido” o “puro” que sigue siendo un regalo de insuperada exquisitez. Herencia de indios y adaptación de negros y blancos; producto mestizo.
Otro don de Cuba al mundo ha sido y es su música popular. Engendro de negros y blancos; producto mulato. Y esta última es de ambas cosas la más genuinamente de Cuba porque, mientras el tabaco y el modo de fumarlo no fueron privativos de los aborígenes, esas músicas mulatas, que se dan en Cuba como las palmas reales, sí son creaciones exclusivas del genio de su pueblo.
 
En los últimos lustros, como en siglos pasados, la música de Cuba ha logrado una era de fama más allá de los mares. Los cubanos hemos exportado con nuestra música más ensoñaciones y deleites que con el tabaco, más dulzuras y energías que con el azúcar.
 La música afrocubana es fuego, sabrosura y humo; es almíbar, sandunga y alivio; como un ron sonoro que se bebe por los oídos, que en el trato iguala y junta a las gentes y en Ios sentidos dinamiza la vida. No se puede negar la intensa musicalidad del pueblo cubano. ¿A qué se debe?
 
Parece indudable que la explicación de las peculiaridades de la música típicamente nacional de Cuba ha de hallarse en las confluencias de muy diversas “culturas” que han contribuido a sedimentar la del pueblo cubano. Digamos desde ahora que en la formación de la música cubana intervienen dos grandes corrientes culturales. las oriundas de Europa, las fluencias de las culturas “blancas”, y las que brotaron de Africa, las fluencias de las culturas “negras”.
 
Las músicas negras llegaron a Cuba con las blancas y con éstas se maridaron; y ambas son las únicas que por su estrecho abrazo han codeterminado las diversas características de la música nacional de Cuba. Europa y Africa han proporcionado los materiales con que ha sido moldeada la música de Cuba. No toda la música cubana tiene acento negro, parte de ella está compuesta bajo la inspiración y a estilo de la llamada “música occidental”, de la que algunos, con impropiedad, dicen “música universal” y es ciertamente la superior.
Pero no es menos indudable que la música más característica de Cuba, la que le ha dado siempre resonancia mundial, es aquella que fue fundida con raudales de africanía, en este crisol criollo puesto al fuego tropical; producto de una transculturación blanquinegra, desde los multiseculares tiempos de la zarabanda, el cumbé y otros bailes plebeyunos hasta los contemporáneos éxitos de los compositores cubanos Amadeo Roldán y Alejandro García  Caturla, quienes llevaron los valores afroides de Cuba a la “alta música sinfónica” de nuestros tiempos en el auditórium universal.
 
De la concurrencia de las músicas blancas y negras, y según el grado de su mestizaje, en Cuba se origina una música eurocubana, de elementos blancos caldeados en el trópico climático y humano (por ejemplo: la canción romántica y la guajira al son del tiple) y otra afrocubana, en la cual se acentúan los factores negros (como la rumba y el son).
Amores de la vihuela española con el tambor africano. Cosquillas a la blanca guitarra, rasgueando sus tripas sobre la entraña abierta entre sus caderas; caricias al negro tambor y manoseo de su piel caliente. Engendro mestizo, es decir, música mulata.
 

2 comentarios

Zenia -

BIENVENIDO ANÓNIMO.
¡Qué bueno que te gustan estos ritmos¡ Lop cierto es que cuando los escucho se me mueven los pies solitos. Nuestra música es pilar fundamental de nuestr cultura nacida de la fusión entre la negritud y lo blanco. Salió una sabrosa mezcla, espero que no me juzguen de chovinsita por decir esto.Vuelve pronto.

Anónimo -

Que completa información. Y como no, si nuestros orígenes están en este continente tan destrozado, como no iba a tener influencia en el ritmo de nuestras vida. Maravillosa esa música cubana que hace soñar con paraisos. Que descripciones más hermosas. Procuro no perderme películas de factura cubano, porque me deleitan, "como Buenavista social club" y la más reciente "Habana Blues". Besos