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 Mambo, jazz y Antonio Banderas
El mambo es un baile originario de Cuba que se convirtió en uno de los ritmos latinoamericanos más populares de mediados de la década de 1950.
En programas televisivos para promover las raíces culturales de la isla, parejas de jóvenes lo han incorporado a su cotidianidad, aunque no tanto como el casino.
Se baila el mambo siguiendo un ritmo sincopado, mezcla de música latinoamericana y jazz, y se caracteriza por presentar un tiempo de silencio en cada compás, que se corresponde con una pausa en el movimiento de los bailarines con el fin de acentuar la síncopa (desplazamiento del acento rítmico del tiempo fuerte al tiempo débil del compás). Se baila en pareja, trasladando una pierna extendida hacia adelante o hacia el costado mientras la otra se mantiene en flexión siguiendo el ritmo básico.
Con el paso del tiempo desarrolló tres ritmos diferentes: el mambo sencillo, el doble y el triple. Éste último dio paso al cha-cha-cha, muy en uso todavía en los concursos de baile de salón de América Latina.
El músico cubano Dámaso Pérez Prado  (1916-1989), intérprete y compositor fue el creador del mambo. Nació en Matanzas y empezó a estudiar música y a tocar el piano en su ciudad natal.
Hacia 1940 decidió componer música latina sin letra con la intención de llegar a un público más internacional. En 1948 emigró a México, donde desarrolló el nuevo ritmo con músicos de esa nacionalidad. Sin embargo, donde tuvo más éxito fue en Estados Unidos y desde allí se difundió al resto del mundo.
 Algunos de los mambos más populares sólo se conocían por un número, como el “5” o el “8”. Otros tenían nombre de mujer, como “Patricia”, “Ana” o “Roberta”. También los había con títulos más poéticos, como “Caballo negro”, “Historia de un amor” o “Aquellos ojos verdes”. Sin embargo, no todos eran estrictamente mambos, también compuso boleros, cha-cha-chas, bossa-novas o corridos mexicanos. Durante la década de 1950 y los primeros años de la siguiente, el mambo tuvo gran difusión en clubes y discotecas de todo el mundo. Dámaso Pérez Prado continuó actuando hasta poco antes de morir en México en 1989.
La popularidad del mambo mucho más allá del público hispano tuvo que ver con Tito Puente (1925- ), compositor y percusionista  conocido por sus vigorosas interpretaciones con los timbales.
Su popularidad ayudó a difundir la música latinoamericana, y en especial el mambo, en Estados Unidos.
Nació en Nueva York de padres puertorriqueños; empezó a estudiar piano a los seis años y percusión a los diez. A finales de la década de 1930 se incorporó como percusionista a la orquesta de Noro Morales.
 Después trabajó como arreglista y timbalero. Finalizada la II Guerra Mundial estudió en la Julliard School of Music. Al mismo tiempo siguió tocando con las mejores orquestas de música latina.
En 1949 formó su propio grupo. Con él grabó la canción “Albaniquito”, que fue el primer mambo que triunfó fuera del público hispano.
El mambo y la música de baile afrocubana combinaban la instrumentación y los arreglos técnicos de la big band del jazz con los ritmos rápidos de la música cubana.
 Entre 1956 y 1960 grabó numerosos discos, como Cuban Carnival (1956) y Dance Mania (1958), para la RCA Victor, y se afirmó como la personalidad más importante de la música latinoamericana y del jazz.
 De las canciones que grabó durante la década de 1960 destacan: “Caramelos” (del disco Pachanga con Puente, 1961), y su clásica “Oye cómo va” (de El rey bravo, 1962).
Ganó el Premio Grammy con sus discos Homage a Beny (1978), Tito Puente and His Latin Ensemble on Broadway (1983), Mambo Diablo (1985) y Goza mi timbal (1989). Trabajó  con estrellas de la música latinoamericana y con varios músicos de jazz, como Doc Severinsen y Woody Herman.
A mediados de la década de 1990, fundó una escuela de música y abrió un restaurante en Nueva York.
El mambo tiene una larga estela tras sí. Antonio Banderas, el famoso  actor español nacido en Málaga en 1960 también ha tenido que ver con el mambo.
Con Los reyes del mambo tocan canciones de amor (1992, Arne Glimcher), basada en la novela del mismo título de Oscar Hijuelos, Banderas comenzó a actuar en producciones extranjeras.
Él había iniciado su carrera como actor en una compañía de teatro independiente. Tras fijar su residencia en Madrid comenzó a trabajar en el cine como actor secundario.
 En 1982 rodó Laberinto de pasiones, su primera película con Pedro Almodóvar, director gracias al que alcanzó gran popularidad a partir de su intervención en filmes como La ley del deseo (1986), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1987) y Átame (1989).

9 comentarios

Zenia -

SALUDOS A TODOS. COLOQUÉ MI RESPUESTA EN LA CABEZA DE LA PÁGINA. ANTES NO PUDE HACERLO AQUÍ.

Duarte -

Hola, Zenia. Muy interesante este post. Maaaaambooooo...

Belkys -

Me parece excelente, sobre todo para los que asocian al mambo con otro país y no con Cuba. Visita mi página y contribuye con tu experiencia en el cyber..

almena -

qué de detalles sobre el mambo! me gustaba mucho Perez Prado.

Un abrazo, Zenia

Dayana -

Hola Zenia:
Me alegra mucho tu post pues me hace recordar mucho a Cuba, como todo lo que escribes... Esta semana termino el primer módulo de la maestría y eso me tiene súper ocupada... Pero siempre queda un rato para nuestro mundo.
Te comento que cada día somos más en el cyberespacio y me acaba de llegar un comentario de Belkys Pérez Cruz... Tiene su weblog recién estrenado y espero que lo visites http://proposiciones.blogia.com
Me alegra esa noticia pues cada día somos más haciendo del cyberespacio un mundo tan real donde la voz de Cuba se multiplica.

Tenesor -

Como ya han comentado, Banderas tiene algunas películas buenas; sin duda, no son las últimas, donde se nota mucho el toque estadounidense que fastidia cualquier buen argumento. Pero bueno, tiene algunos títulos, como poco, interesantes. Con respecto a la novela «Los reyes del mambo tocan canciones de amor», debo decir que es una novela muy interesante desde el punto de vista de cualquier emigrante y desde el punto de vista de la traducción.
Con respecto a la música, tengo un amigo que dice que los cubanos empiezan a bailar sólo con oír a una persona haciendo chocar dos piedras. Ustedes, los cubanos, saben disfrutar de los sonidos y de la música. Cómo los admiro. Saludos desde Canarias.

Hannah -

Pues to, respecto de Banderas, adhiero lo dicho por Zuriñe. La etapa con Almodovar me parece interesante y me gusta su interpretación, luego, se me cae un poco... Pero guapo sigue igual.

Un abrazo cálido y que disfrutéis del cine.

Hannah

Nicolás -

Pero qué perorata sobre el mambo... me alegra que recuerdes a Pérez Prado. En su época fue famosísimo en España (Tito Puente también, pero para un público más selecto). Yo soy un incondicional de Pérez Prado.
Saludos.

Zuriñe -

Has tocado a nuestro guapo nacional y encima con mambo. Vi la película y está bien, también me gusta su etapa con Almodovar pero luego...ya tan americanizado no me gusta nada. Viene mucho por aquí por Málaga y la verdad sigue siendo un rato guapo. Este fin de año hay que bailar mambo! besos guapa