Fiesta para las estrellas
Las mujeres del edificio en el que vivo no habíamos celebrado –como es tradicional- el Día Internacional dedicado a nosotras: el ocho de marzo, y lo hicimos ayer tarde , con una motivación más: el equipo cubano de béisbol discutirá esta noche con Japón, en San Diego, Estados Unidos, la corona del primer clásico mundial.
¿Cómo se organiza una fiesta de este tipo? Cada una dio previamente un aporte en dinero para comprar algunas chucherías, y además, cada cual bajó un plato –y no vacío- preparado específicamente para la ocasión.
Aquí los dulces caseros se llevan el cetro: coquitos, arroz con leche, pudín, dulce de coco. También se agregaron las chicharritas o fritas de viandas, bien delgadas.
Sobre dos mesas unidas se colocó un mantel bordado, el de las visitas, y en cada esquina se colocaron varias flores.
La música no puede faltar, si no... no hay fiesta cubana. Se escuchó el contagioso ritmo de Sur Caribe: Oye santiaguero/ sigan adelante/ no me quiten la conga...Se agregaron unas botellas de vino casero de Maíz y arroz que contribuyeron a relajar el espíritu.
Maritza, una morena que es enfermera y a quien le encanta la recholata, gritó a viva voz. ¡Viva Lazo¡.- el pitcher pinareño, estelar del equipo nacional que cerró el juego en el cual vencimos a Dominicana, en un duelo caribeño que será recordado durante mucho tiempo, sobre todo después que la afición norteamericana había quedado desilusionada con la actuación de su equipo, eliminado antes.
Y así, entre baile y jodedera, fueron desapareciendo de la mesa los platos servidos. Los muchos niños de mi edificio, son más de 30, dieron el mayor toque de algarabía, y también bailaron y movieron al colita.
Recordaba que ni siquiera en los más duros años de crisis económica total, -91-93- cuando se vino abajo el campo socialista, se dejaron de dar estos encuentros de vecinos, con muchos menos aseguramientos, pero con esa idiosincrasia que caracteriza al cubano, quien nunca pierde su alegría y tenacidad.
2 comentarios
zenia -
Julio -
¡Viva la alegría cubana!