Viejas apetencias sobre Cuba
Cuba siempre ha estado sobre la mirilla de apetencia de Estados Unidos. Su posición geográfica tiene que ver mucho con ello, y después del 59 .
Desde el siglo XVIII, entre los planes expansionistas de la burguesía norteamericana, estuvo dominar a Cuba e imponer sus condiciones hegemónicas y geopolíticas, desconociendo el derecho de esta a su independencia y soberanía así como a decidir el régimen económico, político y social que considere más conveniente.
Estimar que Cuba debe estar bajo su férula, concepción manifestada prácticamente por todos sus gobiernos a lo largo de la historia, pues esta era un área idónea para las inversiones de los monopolios.
En el plano politico-militar Estados Unidos siempre ha esgrimido el argumento de que por la dominante posición que ocupa Cuba en el Golfo de México y el Mar de las Antillas, así como la mitad del camino entre la costa meridional de Estados Unidos y Santo Domingo y su vasto y abrigado puerto de La Habana, frente a una larga línea de costa norteamericana, la Isla desempeña un papel estratégico para la seguridad y defensa de su territorio y vías de comunicación marítima, en el plano económico la ha codiciado por su clima, fertilidad del suelo, población y la existencia de importantes recursos naturales y minerales.
La seguridad nacional y el interés nacional son los elementos determinantes en la proyección geopolítica exterior hacia Cuba en particular y hacia el mundo en general.
VIEJOS DESEOS
La “seguridad nacional ” y “el interés nacional” son los elementos determinantes en la proyección geopolítica norteamericana, piedra angular de su política exterior hacia Cuba en particular, y hacia el mundo en general.
En 1767, una década antes de que las Trece Colonias inglesas declararan su independencia, Benjamín Franklin, uno de sus padres fundadores, escribió acerca de la necesidad de colonizar el valle del Mississippi:”...para ser usado contra Cuba o México mismo ...”
Recién constituido el Estado, se puso de manifiesto la vocación creciente por la expansión, hasta el punto de que, en 1878 John Adams, importante figura de la Guerra de Independencia y segundo presidente de ese país, exigió la conquista de : Canadá, Nueva Escocia y Florida, y manifestó: “Nuestra posición no será nunca sólida hasta que Gran Bretaña no nos ceda lo que la naturaleza nos destino a nosotros o hasta que nosotros mismos no le arranquemos esas posiciones...” Así quedo expresada la doctrina del “derecho natural” que, presente en la Declaración de Independencia, sirvió para justificar el expansionismo dictado por el Destino Manifiesto. Según esta doctrina Estados Unidos estaba destinado a dominar todo el norte del continente e incluso buena parte de Sudamérica.
Años mas tarde la guerra de las Trece Colonias estimulo la economía criolla al favorecer con mayor rapidez el comercio de los rebeldes norteamericanos con Cuba. En 1779 se estableció en La Habana el primer agente especial de Estados Unidos en América Latina, Robert Smith, con la misión de cooperar con los corsarios norteamericanos e interceder por ellos ante las autoridades españolas en caso necesario.
Otro asomo de la penetración anexionista sobre Cuba se encuentra en la carta enviada por John Adams a Robert R. Levingston fechada el 23 de junio de 1783, donde se refería a las islas del Caribe como: “...apéndices naturales del continente americano (...) es casi imposible resistir la convicción de que la anexión de Cuba a nuestra Republica federal será indispensable para la continuación de la unión ”.
En 1805 en una nota al Ministro de Inglaterra en Washington, el presidente Thomas Jeferson emitió las primeras declaraciones con carácter oficial expresivas de su interés de apoderarse de la isla. : ”En caso de guerra entre Inglaterra y España, los Estados Unidos se apoderaran de Cuba por necesidades estratégicas para la defensa de Luissiana y la Florida”.
Los gobernantes de los Estados Unidos convencidos de que aun no eran lo suficientemente fuertes para emprender una lucha frontal con Inglaterra, su rival imperialista, optaron por esperar el momento más oportuno en que pudieran dominar la Isla sin mayores complicaciones. Es por eso que el 28 de abril de 1823 surge la llamada “política de la fruta madura ”, expuesta por el funcionario yanqui John Quincy Adams, quien aseguraba que Cuba cual una fruta separada de su árbol, por la fuerza del viento caería en manos de la potencia más cercana a ella : los Estados Unidos, solo había que esperar que madurara es decir ; el momento más oportuno.
Unido a esto surge el 2 de diciembre de 1823 la Doctrina Monroe, la cual advertía a todas las potencias europeas que no intentaran conquistar los países de América Latina que lograran independizarse de España. De este modo ya no era valido el lema: ”América para los americanos ”, sino
”América para los norteamericanos ”.
La obsesión de los Estados Unidos por lograr poseer la Isla se hacia cada vez más intensa pues en1854 a través de Franklin Pierce se le ofreció a España hasta 130 millones de dólares por la Isla.
¿Acaso los cubanos se quedaron con los brazos cruzados?
No, pues a partir de 1790 comenzaron las manifestaciones de cubanía en la Isla, mediante la oposición de los intereses económicos de los grandes terratenientes criollos a las clases dominantes españolas y sus representantes en Cuba.
Varela fue iniciador del pensamiento revolucionario cubano y partícipe en el proceso de formación de la nacionalidad cubana. Su pensamiento político demuestra su afán de una Cuba independiente, tanto política como económicamente, un país capaz de valerse por sí mismo, sin necesidad de una anexión a cualquier gobierno.
José A. Saco fue un gran patriota que no soportaría la anexión de su Isla a otro gobierno, pues escribió “Contra la anexión”. Pudiera pensarse que el hecho de constituir los Estados Unidos una república despertaría un cálido interés por parte de sus círculos gubernamentales entorno a la independencia de Cuba. De ahí las orientaciones dadas por Céspedes a sus representantes en el extranjero(José Valiente en 1868-1869, José Morales Lemus 1869-1870 y José Manuel Mestre) de impulsar el reconocimiento al pueblo cubano en lucha. Pero las administraciones norteamericanas que gobernaron a lo largo de la guerra – Andrew Johnson en 1868-1869, Ulises Grant durante 1869-1877 – no mostraron el menor interés por ayudar al mambisado.
Antes bien, obstaculizaron por todos los medios a su alcance la labor de propaganda, recogida de fondos, compra de pertrechos y envío de expediciones, que hacían los representantes cubanos en su territorio, mientras daban grandes facilidades a España para combatir a los cubanos.
2 comentarios
zenia -
LATA MÁGICA REFICFE -
hasta breve.
Um fuerte abraço del sus amigos das latinhas: Willam & Odilene